9 Capítulo nueve 9

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Puede verlo, saltando sobre su polla una y otra vez soltando jadeos llenos de placer. Su sudado cuerpo desnudo tal cual como vino al mundo dejando expuesto sus mil y un atributos, estaba en completa disposición a su persona para que tocara lo que quisiera, para ver más allá de lo moralmente permitido y para sentir todo lo que ese fogosos adolescente estuviera sintiendo. Incluso así, todo lo que lo rodea se siente muy distante; algo muy similar a un sueño apunto de ser interrumpido. 

El placer está presente, tanto en su pareja como en sus propios nervios. Sus gemidos salen sin que se percate, pero el gozo en que podría regocijarse con todo su ser no es algo que tenga protagonismo en su cabeza. Al igual que los otros pensamientos que abarrotan su consciencia, ninguno terminaba de formularse y tampoco era medianamente realizable el dejarlos de lado. Sin poder concentrarse en alguno de ellos pero sin alcanzar a desecharlos sólo podía quedarse ahí, intentando entregarle a Peter todo lo necesitaba y quería. Moriría por ello si fuera necesario.

No se siente parte del momento, pero incluso está considerando la idea de proponerle a su amado que haga más ruido; que gima, gruña, suspire, maldiga y grite todo lo que quiera como nunca antes pues nadie más que ellos escucharían semejante sonidos tan vulgares. Peter amaba el sentimiento de libertad, algo de eso ahora le caería muy bien.

Está apunto de plantear la obscena proposición, sólo que su acompañante hizo el gemido más sonoro en todo el encuentro interrumpiendo su próxima acción. Aquel sonido no fue tan estruendoso, pero la vibración de su garganta fue lo suficientemente llamativa como para atraer su atención. 

Peter detiene sus movimientos, su cabeza se inclina hacia atrás, sus hombros se paralizan al mismo tiempo que sus músculos se contraen; siente un fluido caliente y espeso humedecer su vientre y abdomen, es ahí cuando se siente como un zopenco ya que tuvo que mirar la esperma fijamente para darse cuenta que aquello se trataba del orgasmo del adolescente. El menor respira con dificultad, sin embargo eso no le impide continuar moviendo sus caderas proporcionándole placer a su amante. Luego de varios segundos prefirió levantarse sacando el miembro de Stark de su interior, para luego hacerse hueco entre las piernas ajenas y acostarse con el pecho abajo dispuesto a proporcionarle una mamada. 

Comprende que el momento es de ambos y sabe que a nivel de su propia biología lo está disfrutando, pero siente como si tener al muchacho esforzando su mandíbula no tuviera sentido alguno. Su erección sigue ahí, pero el orgasmo se ve tan lejano como una estrella en el inalcanzable cielo. 

Ni siquiera le toma importancia a la calidez de la cada vez más experimentada boca al rededor de su miembro, sólo está decido a parar lo que el muchacho ansiaba terminar. Sin saber como decirle que parara (Cosa que nunca pensó hacer en la vida) tomó su mejilla con una mano mientras que con la otra apartaba su propio pene de su rostro; Peter le miró confundido al mismo tiempo que el rojo cargado de vergüenza pintó su rostro.

- ¿Estoy haciendo algo mal? - Preguntó abochornado, aguantando la respiración en espera de una respuesta. Se removió incomodo en su lugar, terminando arrodillado frente a su amante, más la mano que acariciaba con delicadeza su mejilla no dejó su puesto.

- No es eso, lo haces excelente - No sabe si está mintiendo o exagerando, de igual forma se siente más cómodo y sincero basando su respuesta en encuentros anteriores - No tengo muchas ansias de esto, es todo - "Honestidad ante todo", pensó.

Peter pestañeó confundido, finalmente alejándose de las piernas del millonario tomando asiento a su lado. En total silencio cubrió su desnudes con las sabanas esparcidas por toda la cama, siendo imitado casi de inmediato por su acompañante. - ¿Por qué? - Se atrevió a preguntar, inconforme con la vaga negación de su posible mal desempeño.

Entre mentiras y secretos  - StarkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora