10 Capítulo diez 10

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Una pequeña incisión en el vientre y en el útero, extracción del embrión y suturar las incisiones. Era verdaderamente curioso como un procedimiento tan sencillo conllevaba semejantes inquietudes mentales. Peter no quiso prestarle mucha atención a la explicación de la enfermera, quien después de informarles el procedimiento dejó sobre la cama una bata quirúrgica, esperando a que el adolescente la vistiera para proporcionara el suero.

- En quince minutos llegará el anestesista - Se aseguró que el gotero del suero funcionara correctamente antes de salir de la pequeña habitación.

Tony, quien estaba sentado en la pequeña silla junto a la cama sintió la tranquilidad de la privacidad al escuchar la puerta cerrarse tras la amable señora. Se sentía abrumado por los minutos correr tan despacio, no porque esperara la operación con desespero, sino porque mientras el reloj arrastrara los segundos con él su pobre alma los acompañaba.

Nunca había sentido un dolor de cabeza tan colosal y luchando por mantener el oxigeno en sus pulmones no había hablado casi nada desde que entraron en la habitación. Pero ahora, justo en ese momento quería decir todo lo que pasaba por su cabeza. Incluso si no tenía sentido o las palabras no se encontraban en el orden correcto, quería hablar con su amado de todo lo que fuera necesario antes de algo así procediera.

- Quiero que sepas algo - Habló y sintió como sus palabras volaban en el aire con una rapidez impresionante. Sus manos temblaban nerviosas y sus dedos golpeaban la orilla del colchón con velocidad, inclusive podía escuchar su corazón latir velozmente, casi queriendo salir expulsado de su pecho - Odio este lugar - Instintivamente miró el techo y su alrededor - Estar aquí es horrible y estos días han sido un completo desastre. Estamos aquí y a pesar de que siento como si me estuviera quemando por dentro, siento como si después de que esto pase todo saldrá mejor - La mano del adolescente se posa sobre la suya, tomándola con precisión y enredando sus dedos con los ajenos. El millonario fija sus ojos en su amado y percibe el marrón en sus ojos como la pieza clave que le faltaba en lo profundo de su mente para ordenar todos sus pensamientos. Continua hablando sólo porque puede hacerlo - Las personas piensan que porque soy rico e influyente soy feliz, que tengo una gran vida y jamás tengo problemas. No creen que hago cosas que no me gustan, que tengo que tomar decisiones que me destrozan el alma. Sé que fui yo quien te dijo que abortáramos, pero no lo hice porque era algo que quería. La mayoría de mis decisiones son cosas que si pudiera no las haría, pero tengo que hacerlas. - Sus ojos picaban, ardían y su cabeza amenazaba con reventar. El aire entraba y salía de sus pulmones con tanta rapidez que pensó que estaba comenzando a hiperventilar.

- Tony - Se inclinó desde la cama jalando en su agarre a Tony, quien cual muñeca de trapo cedió y aún estado sentado en la incomoda silla pronto tuvo al adolescente dándole repetidos besos en sus mejillas en señal de consuelo. - Tony, no llores, por favor no llores - Sus pulgares se dedicaron a limpiar las pocas lagrimas que bajaban por todo su rostro. - Está bien, estamos bien. No te preocupes por mi, si estamos aquí significa que estaremos bien. Ya no hay que preocuparnos, en unas horas volveremos a la normalidad -

Su cuerpo temblaba y su vista estaba borrosa, sus extremidades se sintieron mortalmente pesadas y el aire escapó con descaro de sus pulmones. No supo cuando sus lagrimas le habían traicionado haciéndose ver, pero en el momento que Peter le pidió que dejara de llorar lo hizo. Su intensa necesidad de un abrazo de parte de su amado lo obligó a levantarse de su asiento aún cuando sus inestables piernas temblaban como gelatina; Peter le recibió con los brazos abiertos, preguntándose por qué había tardado tanto en darse cuenta que no era el único afectado por "el problema".

Nunca había visto a Tony de esa forma; derrotado por sus propios pensamientos no había podido lidiar con la intensa realidad de la situación, acabando así, expuesto como nunca antes. Así como en algún momento padeció un extremo sentimiento de ansiedad y la culpa su novio también lo había sufrido, sólo que él no tuvo el apoyo que necesitaba y que había dado con el corazón entero.

Entre mentiras y secretos  - StarkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora