6 Capítulo seis 6

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El cielo estaba gris, ese momento del recién comenzado día en que la negrura de la noche se aparta para dejar al celeste maravillar a quienes estén bajo la inmensidad del cielo, pero que mientras el potente azul se aparece en su máximo esplendor las tonalidades cambian dejando un aburrido y deprimente gris a la vista de todos.

Era casi hilarante que para obtener una tonalidad de color tan perfecta tuviera que pasar por ese desagradable gris.

Metió sus manos en los bolsillos de su sudadera purpura cuando sintió como el frío del aire acondicionado se dedicaba congelar sus ya nerviosos dedos. Apartó la mirada de la bien abarrotada ventana hacia el intimidante cristal oscurecido frente a él en espera de que cualquier persona que lo estuviera viendo desde el otro lado entrara en esa especie de cuarto de interrogatorios y le dijera algo que tuviera sentido.

Porque ir a su casa a las cinco de la mañana con la escusa de que diera su declaración respecto al anterior tiroteo en su escuela y dejarlo sentado en una sala de interrogatorios a pesar de ya haber dado su declaración no tiene mucho sentido.

- Peter, ¿conoces estos dos sujetos? - El detective que apenas entraba en la habitación extendió las fotografías dejándolas sobre la mesa y posteriormente tomando asiento frente a él.

Eran los dos infelices que perpetraron el tiroteo, incluso con sólo ver la foto de la señorita puede recordar su voz.

- Sólo los he visto por las noticias - Respondió en una discreta mentira - Cuando la gente entró en pánico me metí en el baño, no los vi cuando estaban disparando -

- ¿Seguro? Porque varios testigos ha dicho que saliste corriendo en dirección contraria a la salida, nadie te vio después que la campana de emergencias sonó -

- No me vieron porque estaba escondido -

- Si, pero... ¿Por qué no fuiste a la salida de emergencias? Después de que la campana sonó pasaron dos minutos hasta que se dio el primer disparo, todos pensaron que era un incendio del cual debían huir, no un tiroteo del cual esconderse -

Tragó saliva, encogiéndose un poco en su incomodo asiento mientras la intimidante mirada del adulto frente a él estaba clavada en la suya - Pensé que la salida principal estaría abarrotada de gente, luego cuando buscaba otra salida escuché los disparos y me asusté -

- Pero fuiste de los primeros en salir Peter, incluso tenías la salida principal más cerca que ninguna otra aula -

- ¿No debería tener un abogado aquí presente? - Preguntó de inmediato con un intento de voz intimidante para verse más seguro de sí mismo.

- Hombre, puedes contratar uno si quieres -

- El estado debería darme uno - Nada, seguía viéndose como un pollito asustado.

- No estás bajo arresto, hasta que no lo estés no hay la necesidad de asignarte uno -

- ¿Cómo que "Hasta que no lo esté"? -

El oficial frente a él se cruzó de brazos levantando una ceja - La señorita que ves aquí entró directamente al aula donde tú te encontrabas antes de que la alarma sonara y amenazó directamente a varios de tus compañeros de clases -

- ¿Eso no es lo que hacen los tiroteadores? -

- Por supuesto, ¿pero no crees que es mucha casualidad que amenazaran justo a los estudiantes que te suelen molestar? -

Oh, mierda.

- Quiero hablar con mi tía - Exigió consciente de lo que estaba pasando.

(...)

Entre mentiras y secretos  - StarkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora