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~Flashback~

Narra desconocido:

- ¿Entonces nos vemos todos más tarde?.- Preguntó Lautaro.

Después de mi cumpleaños; dos días después. Decidimos realizar otra salida, pero esta vez fuimos a la pequeña cabaña de la abuela de Yohana, falleció hace dos años y teníamos que buscarle un uso. Era la primera vez que habíamos viajado tan lejos, además de que estábamos en el medio del bosque.

Todos aceptamos y de a poco cada uno se iba yendo, a excepción de Yohana quien debe cuidar la cabaña por unos días hasta que esta sea alquilada o vendida. Esperé a que todos salieran por la puerta, no duró tanto la espera.

- ¿Y tú?.- Preguntó Yohana mientras sacaba algunas cosas de su bolso.- ¿No sacaste tu licencia de conducir? ¿O esperas a tu madre?

- Ojalá tuviera licencia. Y madre.- Dije casi bromeando, aunque ojalá fuera de esa forma.

Yohana me miró seria esperando alguna de mis risas o caras extrañas. Según ella es muy evidente las veces en las que intento bromear y las que no. Pero esta vez no era una broma justa.

- Ojalá pudiera decir lo mismo.- Dijo Yohana intentando sacar tensión.

- Créeme, cuando la pierdas ya no querrás decir lo mismo.

Yohana soltó unas cuantas risas al final, aunque hasta el día de hoy sigo sin entender el chiste. No puedo decir mucho, su madre tampoco es un gran ejemplar. Pero apesar de eso, no se pierde lo que debería ser la "familia".

- Entonces no tienes madre.- Dijo Yohana tratando de crear un tema de conversación, o eso creía.

- Ni madre, ni padre, ningún hermano que yo conozca.

- ¿Crees que eres el único que sufre? Somos muchos en el planeta.- Dijo sarcasticamente

- ¿Crees que sufro?.- Pregunté entre risas.

- Todos sufrimos, sólo que tú no sabes decirlo ni sacarlo de tu sistema.

Yohana limpiaba un poco, cada vez con un poco mas de brutalidad. Aveces podía ponerse un poco histérica o bruta con todos, no tiene una barrera de límite. Cuando comienza a realizar sus costumbres cotidianas suele ser más brusca que cualquier otra cosa. Estaba demasiado acostumbrado. Apenas notaba su brutalidad. Nos conocemos desde que somos niños, no hay nada que ya no sepa sobre ella.

- Sólo me saco cuando estoy contigo.

Un dato aún más grande es el gran afecto que tengo hacia ella. No tengo razones, no tengo una respuesta realista o concreta sobre el por qué, simplemente es algo que me hace sentir cómodo. Tampoco recuerdo desde cuando, el inicio de todo esto es confuso. No he podido decirle todo lo que tenía adentro, tal vez porque creo que es demasiado. Aunque aquí entre nosotros, pasaron 6 años desde que intenté declararme. Por alguna razón se me hace cómodo guardarlo en mi interior, no querer decirlo y esconderlo. Aunque hoy me siento muy seguro de mi mismo, y tal vez, sólo tal vez, funcione.

- Eres un tonto.- añadió después de lo que había dicho.- Si quieres puedo llevarte...

- ¿Piensas que quiero irme de aquí?.- Interrumpi.

- ¿Qué harás acá? No hay nada.

- Te tengo a ti.

Yohana se detuvo en sus tareas para verme a la cara. Es una persona muy insegura, no podías decirle algo sin justificar cada detalle. De a poco se fue acercando hacia mi, con la misma mirada perdida.

- Dilo de nuevo.- Mencionó mientras terminaba de avanzar, ya nos encontrábamos muy unidos.

Lo pensé mejor, aunque para muchos era una gran oportunidad. Estaba a punto de empezar mi vida, o quizás terminarla. Muchas personas matarían por tener a alguien que esté toda su vida con ellos, o el tiempo suficiente para que dejen de ser infelices. Pero no lo veía de esa manera.

Desconocido te añadió al grupo 3: La última venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora