4. Invisible 2/3

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El sábado en la mañana, Kurt despertó a las seis a

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El sábado en la mañana, Kurt despertó a las seis a.m por los constantes timbres en la puerta y a pesar de su reciente malestar, se levantó a abrir, pensando en la posibilidad de que aquel fuera su esposo, pero no fue así. Axl había enviado a un desconocido con su equipaje y él había ido directamente a su oficina, según la información que pudo obtener de ése hombre.

Más que enojado se sentía decepcionado y asustado, cuando cerró la puerta volvió a su habitación y se quedó observándose en el espejo, pensando en si había cambiado para que su esposo también lo hiciera. Repasando cada una de sus facciones recordaba aquellas frases cariñosas que Axl solía susurrarle al oído, esas palabras que le hacían quererse más, que le hacían sentir más seguro de su belleza, pero ahora, ahora simplemente no se encuentra en aquel rostro pálido y trasnochado.

Revolvió los cabellos cortos para darles más volumen, pero sólo logró despeinarse más, se había cortado el cabello hace dos días, quería verse diferente para cuando su esposo regresara a casa y ahora, estaba dudando de si le gustaría verlo así, o si al menos notaría su cambio.

Se puso de perfil y levantó su camisa blanca, su abdomen empezaba a obtener más volumen entrando el tercer mes, era algo mínimo, pero no pudo dejar de sonreír por éso, ésa sorpresa sería algo que Axl celebraría, definitivamente, él siempre quiso ser papá y cumplir su sueño lo ponía feliz. Ya imaginaba su sonrisa y sus posibles palabras, ya imaginaba los abrazos y besos que iba a recibir.

Con los pensamientos más positivos fue directamente a tomar un baño de agua tibia y entre tarareos terminó su rutina de aseo y empezó, luego de vestirse, a poner algo de orden en la casa y a cambiar algunas cosas de lugar.

Al mediodía, cuando aún no terminaba su almuerzo, recibió una llamada de la oficina del pelirrojo, y antes de hacerse imaginaciones de cualquier tipo contestó escondiendo su emoción. La secretaría con el mismo tono neutro de siempre, le informó que Axl le recogería a las 20 horas y que debía estar listo para éso, luego sólo cortó su llamada.

Por supuesto que aquello le quitó el apetito, tenía ganas de ser impulsivo y devolver la llamada para decirle que él no estaba siendo parte de ninguna maldita agenda, que era su esposo y que su relación no se manejaría como si fuera él, otro cliente más, quería irse lejos y tener a su bebé solo, quería que Axl fuera conciente de su ausencia y fuera por él para empezar de nuevo y empezar bien, quería gritar y llorar, quería que no estuviera siendo tan desalmado.

Pero no hizo nada de éso,  sólo se recostó en el sillón y empezó a ver películas que a su opinión eran ridículas, pero que igual sirvieron para distraerlo por algunas horas, no planeaba seguir órdenes de ése tipo, no estaba yendo a una cena con un hombre que no parece conocer.

Si su matrimonio aún era importante, Axl se quedaría para buscar su perdón, porque en definitiva era lo mínimo que podía hacer para enmendar sus estupideces.

Si quería tener una familia y un bebé, tendría que poner las cosas en prioridad, si su trabajo estaba en primer lugar, entonces podría quedarse con el y Kurt buscaría otro lugar.

Si su secretaria iba a ser el medio de comunicación que iban a usar, entonces muy bien podría dejarle a ella los papeles de divorcio, porque no se quedaría a vivir una vida con un esposo invisible.

Si iba a ser de ésa manera, Kurt no participaría de éso.

Cuando ya estaba oscureciendo y el rubio estaba hecho un mar de lágrimas por la muerte del personaje de su película, entonces cambió de decisión, no podía abandonar todo y ser tan drástico si aún había la posibilidad de  hacer cambios. Así que de un salto se puso de pie y después volver a poner algunas cosas en su lugar corrió a la habitación matrimonial para tomar un segundo baño en el día.

Se puso uno de ésos trajes que casi no usaba porque prefería algo más simple, escogió uno de color azul claro que había elegido su esposo, porque combinaba con sus ojos, tenía cortes que lo hacían ver menos anticuado y por eso al rubio también le gustó; usó ésa pulsera de brillantes que Axl le había dado en su último cumpleaños y dejó sus cabellos desordenados porque le gustaban más así y antes de las 20, estuvo paseándose por la habitación y mirándose en el espejo por si aún podía hacer algo por mejorar su aspecto.

Cuando la melodía retumbó por toda la casa, bajó las escaleras con urgencia y se detuvo antes de abrir para volver a acomodar su ropa, tomó aire y sólo lo soltó cuando su esposo estaba apareciendo del otro lado.

—Hola cariño— Parecía mucho tiempo de que no escuchaba  su voz y olvidó todos sus resentimientos por aquel momento.

—¡Axl!— Soltó en un tono emotivo y se abrazó a su cuerpo conteniendo sus lágrimas —¡Dios! Te he extrañado mucho.

— Y yo a ti— Ése tono no fue lo que Kurt esperaba

𝙀𝙙𝙞𝙘𝙞𝙤𝙣𝙚𝙨 𝙆𝙐𝙍𝙏𝘼𝙓𝙇 𝙪𝙬𝙪 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora