6. Azul 1/2

676 39 2
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Kurt Cobain tiene el mar y el cielo en sus ojos y lo tiene a él como eterno admirador de su angelical belleza. Pero Kurt no lo sabe, él es tan distraído que no nota a aquel pelirrojo que se esconde tras los árboles para observarlo, que suspira con sólo escucharlo reír y que fantasea con tenerlo como su enamorado por todas las vidas.

Y Kurt lastimosamente no podrá ser su enamorado, él ya tiene a alguien más, una mujer digna de su celestialidad, una mujer a la cual se lo comprometió desde los 10 años, una mujer que le dará hijos y una vida entera, una mujer y no un hombre como él.

Mientras el alma del universo anda haciendo de las suyas a la vista de todos, Axl Rose sólo se permite ser espectador silencioso de su majestuosidad, aunque en realidad sólo hace comparaciones.

Kurt tiene los cabellos dorados como el sol.

Kurt tiene los ojos azules como el firmamento.

Kurt tiene los labios rojos como las rosas.

Kurt tiene la piel blanca como las alas de las palomas.

Kurt es tan hermoso porque su cuerpo es un arquetipo de la naturaleza, la naturaleza es perfecta y hace cosas perfectas y Kurt lo es.

—AXl— Fue un grito algo fuerte en medio de la noche y logró sacarlo de su estado de sueño… para su mala suerte.

—¿Qué ocurre?— Dijo el pelirrojo con confusión, interrumpir el sueño debería ser un crimen que se condene a la guillotina.

—¿Por qué siempre estás mencionando el nombre del príncipe?

—¿Príncipe?— Exclamó con nerviosismo, hablaba dormido nuevamente.

—Si— Aceptó alargando la palabra — Kurt, Kurt ¡Ah, Kurt!— Se burló adoptando un tono femenino que hizo molestar a su hermano.

—Ya duermete cara de rata ¡está por amanecer!— La almohada siempre había sido dura como una roca, pero en la cara de su hermano menor seguro que había ablandado un poco.

—Si… Kurt.

Y nuevamente se molestó, el hermano mayor de los Rose, se puso de pie y agarró al más pequeño por el pijama hasta sacarlo fuera de la habitación que habían compartido toda su vida, y todo el esfuerzo fue para dejarlo en el pasillo en un golpe seco contra el piso.

Ya estaba de burlas y más siendo la medianoche.

—Axl ¿En dónde dormiré?— Se quejó Stuart, su voz chillona traspasó la madera y llegó hasta sus oídos molestandolo más.

—El establo es una opción, cara de rata.

El resto de la noche fue tranquila, después de que su hermano siguiera su concejo y por consecuencia despertara a los caballos y las gallinas, pero el grasnido y los relinchos cesaron después de algunos minutos, así que luego de éso pudo conciliar su sueño y entre aquel estado, fantasear con su príncipe de cabellos de sol.

𝙀𝙙𝙞𝙘𝙞𝙤𝙣𝙚𝙨 𝙆𝙐𝙍𝙏𝘼𝙓𝙇 𝙪𝙬𝙪 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora