Escondidos.

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Capítulo7: Escondidos.Tea

Nunca me había imaginado a mí misma en la habitación de Rico, pero después de estar dos horas aquí dentro ya la considero casi mía.

Al principio hemos subido a coger su mochila para irnos a la biblioteca del hotel a estudiar, pero al llegar aquí arriba no he podido evitar chafardear por la famosa, y misteriosa, habitación de Francisco Javier Rico y la verdad es que es más normal de lo que esperaba.

Es una habitación amplia con tres salas: un lavabo, una entradita y la habitación.

En la entradita hay una mesa redonda con un jarrón lleno de flores y una pequeña fuente con fruta. Al lado de la entrada hay un mueble con un espejo y un colgador lleno de chaquetas, bufandas y gorros.

Girando a la derecha entras en la habitación en la cual delante de la cama hay un armario enorme con una televisión escondida detrás de una puerta corredera. En uno de los lados hay un ventanal enorme que da acceso a una vista preciosa de todo el pueblo, pues es la habitación más alta de todo el hotel. Al lado contrario cuenta con otro escritorio y una silla de ordenador.

La decoración es algo neutra y consta de varias fotografías colgadas al lado de un mapa señalado con muchos puntos. Tiene muchos objetos con pinta de antiguos y caros repartidos por la habitación y, mi objeto favorito, un karaoke conectado a la televisión y a un equipo de altavoces, el culpable de que no haya querido volver a salir de aquí.

Salto descalza en su cama, mientras mis botas descansan en la otra punta de la habitación junto a mis cosas. Me aferro al micrófono como si fuera el último refresco en el desierto y grito a pleno pulmón siguiendo la canción en la pantalla.

-Tea, el examen es dentro de dos días, deberíamos estudiar algo-Dice Rico sentado en la silla de escritorio mientras da vueltas.

Al principio estábamos compitiendo en un concurso, inventado por nosotros, de canto, pero hace un rato que acaparo el micro y elijo canciones sin preguntarle su opinión. Así que se ha limitado a sacar la libreta y mirar los apuntes mientras yo canto.

-Lo dices porque estás perdiendo.

-Si no me dejas cantar, como voy a perder si no puedo participar-Dice él.

-Es que me encanta el karaoke.

-A Yanira también le encanta, muchas veces hacemos tardes de karaoke. Tengo ganas de volver a esas tardes-Suspira.

Sonrío irónica dejando de cantar y me siento, de un salto, en la cama en la que estaba de pie. No me molesta que nombre a Yanira, es su novia y yo solo una actriz, pero este momento es nuestro y no hace falta compartirlo también con ella. Pero las cosas son así yo solo estaré aquí hasta diciembre. Luego solo pasaré con él alguna tarde junto al grupo. Se acabó el quedar por las tardes a solas para irnos por ahí y conocernos solo para descubrir que encajamos perfectamente cada vez más.

Pero no puedo permitirme estos pensamientos, no puedo ser tan cliché y empezarme a fijar más de la cuenta en él, porque él no lo hará conmigo y aunque lo hiciera ¿qué clase de historia sería esta? Es imposible que las cosas acaben así, tienen que acabar de otra manera. Él tiene que volver con Yanira y yo intentarlo con Mat.

Aunque hoy aún es nuestra tarde y va a ser inolvidable.

-Ay, ya sé, vamos a cantar. No tenemos canción de pareja y ya sé cual puede ser la nuestra-Sonrío mientras me acerco a la pantalla que dirige el karaoke y escribo la canción que quiero a continuación.

-Me das miedo-Responde levantándose y cogiendo el segundo micro-A mi sobrina también le encanta el karaoke, básicamente lo tengo instalado por ella, es la única manera de que se quede conmigo. Dice que soy muy raro y solo quiero ir a la playa y al campo.

OPERACIÓN: PRINCESASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora