Toca drama

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Rico

La parte que toca ahora en el plan es: drama. Pero como se adelantó, estamos en una especie de limbo en el cual no sabemos que hacer.

La verdad es que ahora veo todo más claro, su enfado, el drama, el querer cantarle la canción delante de todo el mundo para que Tea, la verdadera Tea, me perdonase.

Ahora, en una esquina del pasillo, apoyados en unas taquillas que no sabemos de quien son, con ella entre mis brazos mientras nos besamos como si no hubiera mañana, como si nadie nos estuviera mirando, como si volviéramos a estar en mi habitación del hotel hace un par de noches, no noto como si estuviera siguiendo un plan.

No es que esté enamorado de Tea, mi gran amor es Yanira y lo sé, pero es algo más complicado que eso. Somos humanos y es normal que pasar tanto tiempo con la misma persona compartiendo momentos tan especiales como los que hemos vivido influya en tus sentimientos. Aún más si te besa, finge ser tu pareja, te complementa en pensamientos y apoya tus locas ideas. En ese punto solo pueden ocurrir dos cosas: o la odias o terminas sintiendo algo por ella.

Llegados a este punto soy consciente de que no puedo separar trabajo de los sentimientos como pensaba al principio antes de empezar todo esto creía que podría hacer.

Me siento tan cutre ahora mismo. Se me encargó un trabajo, un fin y yo me he enamorado del medio. No amor como el que siento por Yanira, ahora mismo estoy empezando a ver las pinceladas de la realidad en todo eso del poliamor, o de querer a dos personas a la vez, porque ahora mismo estoy en esa situación. Y solo queda un mes de Tea, un mes de su carita sonriendo a las ocho de la maña en el instituto, un mes de su mano cálida y sudorosa, por mucho frío que haga en el exterior, cogida a la mía por el pasillo, un mes de su trastorno compulsivo de querer subirlo todo a las redes sociales y de su forma de aguantar las cosas que me gustan porque yo aguanto las suyas. Un mes de karaokes frustrados por risas en mi cuarto, un mes de todo.

Pero aquí sigo, como si solo fuera un chico más de dieciocho años en el último año de bachillerato besando a su novia en medio del pasillo mientras ella acaricia su pelo.

Solo nos separamos para coger aire y reírnos, porque realmente nos estamos divirtiendo. Es la primera vez que me divierto besando a Tea y solo quiero que no termine, pero como todo con ella, tiene fecha de caducidad y la de este beso es el timbre que anuncia la primera clase del día.

-Habría que irse ¿no?-Pregunto.

-¿Pero tiene qué ser a clase?

-Sí, no voy a ser una mala influencia. ¿Nos vemos en la comida?

-Sí, nos vemos en la comida-Responde ella sonriendo con una carita tan adorable que no puedo resistirme a besarla de nuevo.

-Si me dejas...

-Sí, perdona-Digo apartándome de ella-Nos vemos luego, Amor.

-Nos vemos luego-Sonríe.

Me giro y, colocándome bien la mochila, me dirijo a clase antes de que las ganas de besarla vuelvan a mí.

A primera hora me toca la asignatura en la que realizo un trabajo en grupo con Yanira, que gracias a que la gente piensa que somos amigos la cosa es menos tensa entre el grupo, y podemos dejar de fingir que fingimos cordialidad.

Entro en clase y me siento a su lado sonriéndole.

-Buenos días-Saludo.

-Buenos días-Responde sonriendo también.

Pero no es una sonrisa como la mía, es una sonrisa irónica. Llevo tanto tiempo al lado de Yanira que solo con mirarla puedo descifrar como está y cuando quiere que le preguntes por ello.

OPERACIÓN: PRINCESASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora