Mi nombre es.. Amanda..

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 15 de abril del 2014, 7:00 a.m.

Acabo de entrar a la secundaria, miradas por doquier, susurros muy altos, pero igualmente les sonreí y ellos quedaron gelídos ante esto, seguía caminando y de un momento a otro mis voces alertaron posible ataque físico, asentí discretamente y continúe caminado sonrientemente aunque con el autoestima baja.Caminé por los estrechos pasillos de la secundaria observandolo todo a mi alrededor hasta llegar a mi salón de clases 2 "B" ese era mi salón.

Justo cuando iba a entrar a mi jaula diaria unos muchachos me bloqueron la puerta que aparentemente eran "novios" de las creíditas. 

Jean: Hiiii!! Jajaaaaa!! No sabe con quien vienen a topar!!!.- Rió euforicamente Jean con sus rimas raras.

Rupert: Recuerda esta vez no huyas como el viernes.

-Claro.- Respondí en voz baja y me le quedé viendo a los muchachos que tenía enfrente mio.

-A quién le hablas tu?.- Uno de los grandulones preguntó de mala gana.

-Te importaría dejarme pasar?.- Ladré estas palabras de mala gana.

-Te estoy preguntando, a quién rayos le hablas?.- Se pusó muy firme mirandome a los ojos amenazandome con su puño,en eso uno de ellos le apartó.

-Gerard ya es suficiente, esto no es parte del plan, imbécil. Estamos aquí por otra cosa, o no?.- Esbozó una sonrisa repugnante hacía mi, las clases estaban apunto de comenzar y tenía que apresurarme a quitar a estos 3 tipos de la puerta.

-Nosé de que demonios estan hablando, pero por su bien alejense de mí o terminaran como sus noviecitas,entendido?.- Solté una risita demoníaca.

-Ugh....que genio, pero bueno, estamos aquí para decirte que queremos pedirte disculpas por la conducta de Melissa Angelica y Fenicia,sabemos que te han estado golpeando,y venimos en su nombre.- dijo el más alto de todos agachando la cabeza.

-Si, acepto sus disculpas,sin embargo si estuvieran tan avergonzadas y corrompidas por su conciencia. porqué demonios ellas no vinieron físicamente a decirmelo?,cobardes.- Dije seriamente mirandoles las repugnantes caras de satisfacción y odio al mismo tiempo.

-Bueno ellas están...en el hospital graves,gracias a ti, ten al menos un poco de conciencia y misericordia.- Dijo secamente el más bajo de los tres.

-Conciencia y Misericordia? esto no hubiera pasado si ellas hubieran dejado de golpearme y amenazarme a diario.- Dicho esto me abrí paso entre los tres y entré al salón con una gran sonrisa esculpida en mi rostro lleno de odio.

Entré al salón tomé mis libros de la estantería y me senté mi lugar favorito: la esquina del salón. Todos estaban callados,mirandome con desprecio al cual yo les sonreía.

Volveré pronto, Amanda.

Diario normal de una chica anormal.(En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora