Perfect ▷Joerick◁

9.

—¿Quieres entrar? —pregunta el rizado.

Erick niega —mejor te espero aquí.

—No voy a tardar nada, Richard me pagará lo de ayer y saldré rápido. No te muevas de aquí —deja un beso en su frente y camina hacia la puerta del club.

—Joey... —lo llama antes de que cruce la puerta. Joel voltea y nota miedo en sus ojos —Apurate —finaliza y Joel sonríe para tranquilizarlo, él también tiene miedo.

Zabdiel suele asistir al club todas las noches, ¿por qué esta noche seria la excepción?

Erick no quiere verlo más, la vida a su lado no ha sido más que tristeza y lágrimas. En cambio el día de hoy ha sentido que la vida de pareja no es así de mala.

Joel y él estuvieron en cama hasta el medio día, cocinaron juntos y pasaron la tarde viendo películas acurrucados en el sillón de la sala.

Quiere ser asi de feliz siempre.

Joel trata de caminar rápido entre el montón de gente que hay en el lugar.

—¿No vas a bailar hoy? —pregunta un hombre ebrio sosteniendo su muñeca.

—No estoy trabajando —responde Joel soltandose de su agarre.

—Vamos a mi casa entonces —sugiere tratando de acercarse.

—¡Quitate! —grita Zabdiel empujando al sujeto y cuando este cae al piso comienza a golpearlo desquiciadamente.

—¡Basta, Zabdiel! —Joel se interpone y como puede logra separarlo de aquel sujeto que luce mal, con heridas en todo su rostro.

—¡Sueltame! —grita el rubio —¡Voy a matar a este idiota y a cualquier otro que se atreva a tocarte!

—¿Qué no lo entiendes? ¡Dejame en paz!

—Eres mio, Joel.

—No, claro que no. Corté de raíz lo que sea que hayamos tenido.

—¿Crees que eso va a bastar para que te deje? —Zabdiel ríe burlonamente —voy a matar al estúpido del que estas enamolado si sigue contigo.

Eso rebasa los límites de Joel. No puede permitir que nadie le haga daño a Erick.

Forma un puño con su mano y golpea fuerte la mejilla de Zabdiel, tan fuerte que el rubio cae al piso.

—Ni siquiera lo pienses —habla en tono duro mirandolo fijamente a los ojos —yo te mato antes de dejar que le hagas daño a Erick.

El rizado camina hasta donde están las habitaciones porque Richard suele estar ahi. Necesita cobrarle y salir cuanto antes de ese horrible lugar.

Zabdiel sigue en el piso limpiando la poca sangre de su labio partido. Está desconcertado por lo que acaba de decir Joel. Llamó a su nuevo amor "Erick".

El mundo no puede ser tan pequeño para que ese Erick sea su Erick.

Se levanta del piso y camina hacia la salida. Joel no se va a librar tan fácil de él, va a insistir hasta el cansancio y si no acepta por las buenas lo hará por las malas como la última vez.

Sonríe, con ese pensamiento en su mente sale del club y reconoce de inmediato su silueta a pocos metros cerca de ahi.

—¿Qué haces aqui? —pregunta y nota miedo en su mirada cuando el menor voltea.

—Y-yo... —titubea y mira la puerta como deseando que alguien apareciera o quizá lo contrario.

—¿Estás esperando a alguien?

Erick niega no muy convincente y la cabeza de Zabdiel comienza a crear muchas teorías de porque está ahi.

—Entonces vamos a casa —suelta como una orden y sujeta del brazo al ojiverde.

—No —Erick se resiste a que lo jale con él —No quiero ir contigo.

—¿Tienes un amante Erick? —pregunta tomando la más loca teoría que ha formado su cabeza. Erick es el Erick de Joel.

—Yo no soy como tú.

El rubio suelta una carcajada —¿Entonces por qué estás aqui? —Erick baja la cabeza y Zabdiel lo analiza un poco —lo sabes ¿verdad? —Erick lo vuelve a mirar —lo mio con mi precioso amante.

—No me importa.

—Lo conoces ¿no es cierto? —suelta sinicamente —Joel Pimentel, el hombre más perfecto que puede existir —sujeta el rostro del ojiverde y ve como su labio inferior tiembla —todos caen por él pero mi lindo novio no lo haría porque me ama ¿verdad?

Erick quiere gritarle muchas cosas pero el tonto nudo en su garganta no se lo permite.

—¿Erick?

La vida le dio la oportunidad de sentir lo más bonito que su corazón pudo experimentar, pero se lo arrebató demasiado rápido.

Lo ojos temerosos de Joel le están anunciando el adiós.

—Joel —comienza a hablar Zabdiel, casual —que pena que nos hayas enconcontrado asi.

—No molestes a Erick —trata de sonar seguro pero su voz suena temblorosa.

—No te preocupes Erick y yo ya nos reconciliamos. Disculpalo por haberte metido en nuestros problemas, ya sabes como son los novios celosos.

—¿Novio?

—Lo siento —finge una voz amable —te mentí cuando te dije que no tenia novio. Es que Erick y yo estábamos mal y tú me gustabas mucho —camina hacia el rizado y trata de sujetar su mano —pero entiendo que ya no quieras seguir con esto y es lo mejor. Voy a volver con mi novio porque nos amamos y me confundí contigo.

Joel no deja que Zabdiel lo toque y corre hacia donde está el ojiverde.

—¿Erick qué está sucediendo? —pregunta comenzando a debilitarse.

Erick solo llora y no se atreve a responder.

—Te daré el resumen rápido. Erick y yo somos novios hace más de un año, hasta vivimos juntos, ya te imaginaras hasta donde hemos llegado —ríe —me aburri un poco y quería divertirme contigo, Erick se enteró y quiso vengarse.

—No te creo.

—Vamos Joel, como puedes creer que se enamoró en pocos días. Él sólo quería que el amante de su novio lo quisiera para destruirle el corazón. Como tú se lo destruiste a él todas las noches que te quedaste con su novio. El único hombre que ama de verdad.

—No voy a creer nada de lo que dices —suelta con rabia mirando a Zabdiel —Erick va a decirme la verdad.

—Vamos cariño, aclara y vamonos a casa —Zabdiel llega al lado de Erick y posa una de sus manos en su hombro.

Erick levanta la mirada y ve como Joel tiembla frente a él. No puede mentirle.

El amor jamás tendría que surgir de mentiras.

Asi que aunque duela va a hacer las cosas bien por primera vez.

Va a construir una relación en base a confianza y sinceridad.

—Es verdad —pronuncia con los ojos aún llenos de lágrimas —lo siento.

Joel retrocede un poco mirando al piso y puede escuchar como un sollozo escapa de sus labios.

—Pero Joel, yo...

—Ya no digas nada, me quedó claro.

—Te quiero de verdad, no fue mentira.

Joel limpia sus lágrimas y empieza a correr calle abajo.

—¡Joel! —grita Erick tratando de correr tras él, pero Zabdiel lo detiene.

—Vamonos a casa mi amor, esto ya acabó.