Eran las cinco en punto de la tarde cuando entró desesperado a su departamento.
Decidió llegar temprano porque necesita hablar con Erick, pedirle perdón y una segunda oportunidad.
Pero el silencio que inunda todo el departamento lo desespera.
Da una vista rápida a la sala y a la cocina que están claramente vacías. Corre a su habitación y abre la puerta de un golpe.
Luce diferente. No está Erick.
Las pocas cosas del ojiverde tampoco están en su lugar.
Tiembla sin poder evitarlo por el miedo que empieza a recorrer su cuerpo, no quiere imaginar que perdió lo más bonito que pudo tener.
Entra al baño para convencerse de su desdicha y lo afirma.
Sus ojos se llenan de lágrimas y la rabia inunda su cuerpo dejando de lado el miedo y el dolor.
Tira al suelo todo lo que ve.
Cuando se acerca al escritorio no es la excepción, lanza con enojo todos los libros que estaban acomodados ahí.
Uno de ellos cae abriéndose en el piso y Zabdiel puede ver como una hoja suelta vuela a un costado de entre sus páginas.
La levanta con curiosidad y su corazón se presiona en su pecho al recordar aquel papel.
Recuerda que Erick se lo dio hace varias semanas y le insistió, casi rogó que la leyera y llegara temprano aquel día para conversarlo. Pero a Zabdiel no le importó, ni siquiera leyó la carta, la escondió en aquel libro y aquella noche llegó aún más tarde de lo acostumbrado.
Desdobla el papel con sus manos temblando y empieza a leer cada palabra con un nudo en su garganta.
Tal vez esta carta te parezca algo tonta, pero quiero que la leas porque necesito saber que está pasando.
Suenas diferente cuando dices mi nombre. Me besas pero tus beso no sabe igual, me pregunto ¿es real o me estoy volviendo loco?
Tengo curiosidad acerca de con quién sueles estar, porque te he escuchado hablar de él en tus sueños y has hecho que yo termine hablando de él en los míos. Y parece que él es realmente importante por como te comportas, apuesto a que él lo tiene todo, apuesto a que él es hermoso como tú. Y apuesto a que él tiene esa caricia que te hace enamorar.
Puedo saborear el brillo de sus labios en los tuyos, puedo verlo acostado sobre tu pecho cada noche. Puedo sentir cómo te distancias cada vez que recuerdas sus caricias, tal vez debería ser más como él. Puedo sentir el sabor de sus labios, es como si yo también lo estuviera besando.
Él es perfecto.
¿Cómo te acaricia él? ¿puedo intentarlo también? Sé que eres un retorcido, pero cariño, yo también puedo serlo. Quiero saber como él puede hacer que un hombre pierda la cabeza. Quiero conocerlo.
Con el aroma de su perfume yo también podría amarlo como tú. Casi puedo escuchar su risa inclinándose al reír por ti.
Puedo verlo a nuestro lado mientras duermes.
Él es perfecto.Zabdiel arruga la hoja ya con lágrimas mojando sus mejillas.
¿Como fue posible que no valorara a Erick?
Camina hasta la cocina por un poco de agua. La sirve en un vaso de cristal y la toma calmadamente mientras piensa.
Tiene que encontrar a Erick donde sea que este.
Y esa idea le hace caer en una más cruda realidad.
No tiene ni la más mínima idea de a donde pudo haber ido. No conoce a Erick.
Y aunque su mente le insiste que lo más probable es que haya ido tras Joel. Tampoco sabe donde puede estar el rizado. No conoce a Joel.
Cada vez se convence de la veracidad de las palabras de Erick.
Zabdiel no sabe que es el amor.
Grita frustrado y golpea su cabeza en el refrigerador y ve en la puerta de este una pequeña nota pegada.
No sé si en este momento te estés preguntando donde estoy, pero si sé que no te importa. Cortamos de raíz lo que alguna vez tuvimos, al menos yo lo hice. Así que no me busques, por favor.
Tal vez no era tu intención pero me hiciste sentir pequeño, indefenso, débil y sobre todo, imperfecto. Pero Joel me devolvió el amor propio, hizo que entendiera la diferencia de ser perfecto a sentirse perfecto. Para la única persona que debes ser perfecto es para ti mismo y de por si seras perfecto para el ser que va a amarte toda la vida. Yo soy perfecto para Joel, tal y como soy.
Comprendo que no lo haya sido para ti porque no eras para mí, comprendelo tú también. Amo a Joel.
Si alguna vez me quisiste dejame ir.Después de leer su nota de despedida, Zabdiel lo tiene claro.
No puede seguir dañándolos a ambos.
Joel y Erick se merecen ser felices, él tuvo su oportunidad con ambos y no la supo aprovechar. Espera lo perdonen algún día.
Ahora solo le queda hundirse en una inmensa soledad.
▶◀
Camina lentamente por la vereda hacia la casa que le indicó el señor de la tienda.
Joel tenia razón, todos conocen a los Pimentel.
El señor de la tienda le dijo que su papá ayudaba a sus vecinos siempre que podía y todos sus hijos eran muy amigables, tal vez por eso todos ahí los quieren.
El césped de la casa está bien cortado y luce de un hermoso verde.
Las flores del jardín alegran su vista con sus colores vivos.
Ni siquiera ha visto a Joel y ya se siente feliz.
Cuando está frente a la puerta inhala mucho aire y exhala mucho más.
Toca la puerta sin pensarlo más y espera que se abra con un poco de miedo.
Y por alguna razón del destino, es justamente Joel quien abre la puerta.
El rizado lo mira boquiabierto. En ninguna de sus posibilidades de un reencuentro con Erick imaginó que él llegará hasta California.
—Erick... —es lo único que puede pronunciar con notable asombro.
—Dijiste que si sentía que ya no tenia un lugar, podía venir aquí... porque siempre iba a tener un lugar a tu lado.
Joel sonríe mientras sus ojos se cristalizan. Erick suelta un sollozo y suelta su maleta para rodear el cuerpo del rizado con ambos brazos.
Ese cálido y fuerte abrazo, más el llanto de ambos es suficiente para saber que están dejando atrás el pasado.
Porque ahora juntos, ambos se sienten perfectos.
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Perfect ▷Joerick◁
Short StoryCon el aroma de su perfume yo también podría amarlo, como tú. Porque él es perfecto. ♡ No copias, adaptaciones ni homofóbicos.