capitulo 3

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POV NATALIA

Mikel y Miki estaban retenidos por el dueño del local hasta que llegase la policía. Mientras, María y yo nos fuimos yendo a su casa.

-Natalia...cariño porque no nos lo habías dicho antes-dijo ella con tristeza.

-Porque tenía miedo-empecé a llorar de nuevo.-Tenía miedo de lo que me pudiese llegar a pasar.

-Nos lo tenías que a ver contado antes y así hubiésemos ido a denunciarle y te hubiésemos sacado antes de este infierno.

-Tienes razón, pero no me atrevía.

Me abrazó y fuimos así todo el camino de vuelta a su casa.

Una vez que llegamos a su casa me ofreció algo de ropa cómoda.

-Toma, ponte esto para estar más cómoda.

Me dio una camiseta y un pantalón ancho.

-Gracias.-conteste con una sonrisa, aunque me costó mostrarla por todo lo que me había pasado ese día.

-Te puedo preguntar por qué esta tarde no has venido con nosotros al orgullo de Madrid??-se hizo un silencio algo incomodo.-Bueno si no te sientes preparada para contarlo no hace falta que me lo cuentes.

-No, te lo voy a contar.

Le narré todo lo que me ocurrió con Mikel esa tarde, todo lo que dijo sobre el colectivo, el castigo que me impuso, como me escape...

-Menudo hijo de puta.-Respondió María cabreada.- Ese castigo ya te lo había puesto más veces??

-Sí- respondí mientras me secaba algunas lagrimas que caían sobre mis mejillas.-Pero ha habido castigos peores.

Decidí que este era el momento indicado para contarlo, ella me podría ayudar a salir de este infierno.

Iba a contárselo pero justamente llamaron al portero.

-Será Miki.-dijo María mientras se levantaba a abrir.- Es Miki. Ahora nos contara que ha hecho la policía con Mikel.

Apareció Miki por la puerta bastante cabreado. Eso no me daba buena espina.

-Que ha pasado??- preguntó María con preocupación.

-Han dejado suelto a ese gilipollas por falta de pruebas.

-Qué??!!- dijimos María y yo al mismo tiempo.

Cuando Miki soltó esas palabras por su boca, sentí que se caía el mundo encima mía. Empecé a hiperventilar a causa del miedo que me provocaba que Mikel estuviese suelto. Seguro que venía mañana y me mataba. Él sabía dónde estoy, ya no valdría la pena denunciar, seguro que mañana cuando saliese por la puerta, él estaría abajo esperándome para matarme.

-Natalia, Natalia, cariño...-decía María mientras me agarraba los hombros.

-Respira suave...así- decía Miki mientras imitaba el gesto.

-Me va a matar...- lloraba todavía con más fuerza.

-Shh- me decía Miki mientras me abrazaba.

-A ti nadie te va a matar, porque si no primero me tendría que matar a mí.-Decía María.

-Natalia, a ti nadie te va a hacer nada.-me dijo Miki.

Nos fundimos en un abrazo los tres mientras me calmaba un poco.

-Oye Miki una pregunta, ¿Cómo es que le han soltado por falta de pruebas? Si había testigos que habían visto como me agarraba del cuello.

-Sí, pero justo en el momento en el que llegó la policía el dueño había desalojado a todo el mundo de allí.

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