POV NATALIA
El sol se empieza a esconder entre las montañas del oeste. Miro a través de la ventana y unos colores anaranjados tiñen un cielo que poco a poco va oscureciendo. Abro la venta y saco la cabeza para respirar los aromas que me traen de nuevo a mi hogar. Un olor a tierra mojada invade el coche anulando por completo el olor del ambientador del coche de Alba.
-Pareces un perro.-Dijo Alba riéndose
No sé cuánto tiempo estuve con la cabeza sacada, pero debe de ser bastante ya que cuando la metí, estaba helada y me picaba por los golpes que me daba el pelo.
-Es agradable, lo deberías probar.
-Pues no sé cómo. Como lo haga lo mismo acabamos cayéndonos por el barranco.
-Noo.-le dije con tono chulesco.-Yo te rescataría antes de que el coche caiga.
-Claro, como puedes utilizar tus dos manos.
-Bah, esto no es nada. Son solo unos pequeños rasguños.
-Ya...-dijo poco convencida.
-Ahora mismo podría conducir.
-No vas a conducir.
-Una mano sigue estando disponible.-Dije levantando una ceja.
-Vaya.-Dijo Alba abriendo los ojos.
-Esta-dije levantando la mano izquierda.-Puede hacer de todo.
De repente en el coche empezó a hacer más calor de lo normal. Y eso que llevaba la ventana abierta.
-Bájale Lacunza que estoy conduciendo.
-¿Y si hacemos una pausa?
-¿No eras tú la que había dicho en la última parada que ya lo hacíamos todo del tirón?-respondió con retintín.
-Es que tengo que hacer una parada técnica.
-Con que una parada técnica...
A estas alturas, yo ya me estaba muriendo de calor. Y lo mejor es que iba con una camiseta de tirantes y unos vaqueros cortos. Poca ropa me podía quitar. Pero es que ya no podía más, así que me decidí y me quite la camiseta.
-Nat, ¿Qué haces?
-Lo siento Albi, me estoy asfixiando.
-Uf... Pues lo mismo si que tenemos que parar.-Dijo mirando mis abdominales.
-Céntrate en la carretera que nos estrellamos.
-¡Encima!
-Así que encima eehh...-Dije con picardía.
-¡NAT!
-¡Mira! Ahí hay una vía de servicio.
Alba aparcó el coche y se tiró a por mi boca.
-Vamos atrás.-Consigo decir.
-Está lleno de trastos.
-Pues vamos donde los árboles.
-Vale, voy a coger una toalla del maletero.
Salimos y nos fuimos donde estaban los árboles. Extendimos la toalla y Alba se tiró encima de mía, teniendo la mala suerte de caer encima de mí brazo. Me quejé internamente, pero Alba lo notó.
-Ay, Nat. Lo siento. -se quitó rápidamente preocupada.-No me he dado cuenta. Lo siento.
-Eh eh, no te preocupes, ven aquí.-La cogí con mi mano que no tenía vendada y la tire encima de mí, apartando mi brazo a un lado.
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CAMINOS
RomanceNatalia, una joven bombera con talento que se cruza en el camino de Alba Reche, una joven estudiante amante del arte. El problema es que en el camino de Natalia hay una piedra gigante llamada Mikel, el cual es su actual pareja y el que le hace la v...