capitulo 26

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POV NATALIA

El sol se empieza a esconder entre las montañas del oeste. Miro a través de la ventana y unos colores anaranjados tiñen un cielo que poco a poco va oscureciendo. Abro la venta y saco la cabeza para respirar los aromas que me traen de nuevo a mi hogar. Un olor a tierra mojada invade el coche anulando por completo el olor del ambientador del coche de Alba.

-Pareces un perro.-Dijo Alba riéndose

No sé cuánto tiempo estuve con la cabeza sacada, pero debe de ser bastante ya que cuando la metí, estaba helada y me picaba por los golpes que me daba el pelo.

-Es agradable, lo deberías probar.

-Pues no sé cómo. Como lo haga lo mismo acabamos cayéndonos por el barranco.

-Noo.-le dije con tono chulesco.-Yo te rescataría antes de que el coche caiga.

-Claro, como puedes utilizar tus dos manos.

-Bah, esto no es nada. Son solo unos pequeños rasguños.

-Ya...-dijo poco convencida.

-Ahora mismo podría conducir.

-No vas a conducir.

-Una mano sigue estando disponible.-Dije levantando una ceja.

-Vaya.-Dijo Alba abriendo los ojos.

-Esta-dije levantando la mano izquierda.-Puede hacer de todo.

De repente en el coche empezó a hacer más calor de lo normal. Y eso que llevaba la ventana abierta.

-Bájale Lacunza que estoy conduciendo.

-¿Y si hacemos una pausa?

-¿No eras tú la que había dicho en la última parada que ya lo hacíamos todo del tirón?-respondió con retintín.

-Es que tengo que hacer una parada técnica.

-Con que una parada técnica...

A estas alturas, yo ya me estaba muriendo de calor. Y lo mejor es que iba con una camiseta de tirantes y unos vaqueros cortos. Poca ropa me podía quitar. Pero es que ya no podía más, así que me decidí y me quite la camiseta.

-Nat, ¿Qué haces?

-Lo siento Albi, me estoy asfixiando.

-Uf... Pues lo mismo si que tenemos que parar.-Dijo mirando mis abdominales.

-Céntrate en la carretera que nos estrellamos.

-¡Encima!

-Así que encima eehh...-Dije con picardía.

-¡NAT!

-¡Mira! Ahí hay una vía de servicio.

Alba aparcó el coche y se tiró a por mi boca.

-Vamos atrás.-Consigo decir.

-Está lleno de trastos.

-Pues vamos donde los árboles.

-Vale, voy a coger una toalla del maletero.

Salimos y nos fuimos donde estaban los árboles. Extendimos la toalla y Alba se tiró encima de mía, teniendo la mala suerte de caer encima de mí brazo. Me quejé internamente, pero Alba lo notó.

-Ay, Nat. Lo siento. -se quitó rápidamente preocupada.-No me he dado cuenta. Lo siento.

-Eh eh, no te preocupes, ven aquí.-La cogí con mi mano que no tenía vendada y la tire encima de mí, apartando mi brazo a un lado.

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