CAMINOS

Capitulo 27

POV ALBA

El cansancio y la adrenalina habían hecho efecto en mi. El cuerpo me pasaba más de lo normal y la cabeza me iba a mil por hora. En un corto espacio de tiempo habían ocurrido muchas cosas. No podía dejar de pensar en aquellos niños, en que iba a ser de ellos ahora. Seguramente servicios sociales les llevaría con algun familiar cercano, pero mientras, ¿Qué iba a ser de ellos?

Llevaba un rato dandole vueltas a la cabeza, hasta que una mano fría me saca de mis pensamientos.

-Hablar te vendrá bien.-Me dice Natalia con la vista fijada en a carretera.

-No paro de pensar en los niños. -gira la cabeza para mirarme y dejar una mueca triste.-¿Cómo lo haces?

-¿El qué?

-Que no te afecte.

-Si me afecta, pero una se acostumbra y lo "normaliza".-hace el gesto de las comillas con una mano-Tampoco es que lo normalices.-la miro extrañada- Me explico fatal, lo siento.-suelto una risilla nasal.-Es como si actuases como si fueses un robot. Intentas al máximo no implicarte sentimentalmente, porque si no estás jodida. Pero si que es verdad que hay algunos casos que te tocan la patata y lo pasas realmente mal.

-¿Cómo cual?

-Puff, he tenido varios. Pero yo creo que el que peor lo he pasado fue en mi segundo día...

POV NATALIA

Es mi segundo día trabajando en el parque. Espero que este día no sea tan desastroso como el del otro día, donde me pegó un bajón de azúcar liberando la pierna de un obrero de debajo de una apisonadora. La verdad es que fue muy lamentable. Estaba metiendo una cinta por debajo del vehículo, cuando de repente me caigo redonda hacía atrás. La cara de mis compañeros era una poema, sobre todo la de Noemí.

-Buenos días Lacunza.-Me dice mi compañera Sabela.

-Hola.

-Lacunza, espero que hoy hayas desayunado bien.-Medice Noemí con guasa.

-Sí, hoy estoy a tope.

-Eso espero.

***

"Camión 14 y ambulancia 56. Niño encerrado en los baños del colegio"

-¿Para esto nos llaman?-Se queja el teniente.-Para esto que llamen a un cerrajero.

-Teniente, deja de quejarte y mueve el culo al camión.-respondió la jefa.-Tiene que haber algo que no sepamos, porque si no, es verdad que podrian llamar a un cerrajero.

Nos subimos todos al camión, y en la puerta del colegio nos recibió la directora.

-Hola buenas, me llamó Margarita y soy la directora del colegio.-Se presentó.

-Noemí, la jefa.-le tendió la mano.-¿Qué ha pasado?

-A ver, hay un chico llamado Juan, que tiene síndrome de Down. Y estábamos en el recreo, y ha habido un pequeño altercado entre un grupo de alumnos y Juan.

-¿Concretamente?-Dio Noemí al ver que la directora no iba a seguir hablando del tema.

-Le han metido una paliza.

-Y los profesores, ¿donde estabais?-Preguntó el teniente.

-Se lo llevaron a un sitio donde no pasan los profesores, y no lo vieron. Lo descubrieron al ver el rastro de sangre que conducía al baño.