Tristeza

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—Estaré bien hijo —Dijo la abuela —Ve con él, no se ve que esté bien, anda. Dame esas bolsas

—Pero están*

—¿Dices que no las puedo cargar? Muchachito este, dame eso, y llega a casa para el almuerzo —Y sin poder hacer nada pronto vio cómo se alejaba.

Se giró sobre sus talones y caminó hacia la única persona que se encontraba en ese lugar.

—¿Hyung? —Preguntó preocupado al verle de espaldas en aquel parque solitario después de una gran lluvia durante la noche.

Si pasaba por ahí es porque acompañaba a su abuela para hacer las compras del diario en aquellas vacaciones de verano que apenas comenzaban.

Se acercó poco a poco y sin importarle que estuviera algo mojado se sentó en el columpio de al lado.

—Hobi...

Le partió el alma verlo en ese estado, le dolía ver al mayor así.

¿Qué es lo que tanto le hacía llorar? ¿Por qué nunca le decía nada? ¡Debería compartir su dolor con él y así sufriría menos! ¡Es más, que se lo pasara!

Desafortunadamente le tocaba ver la mayoría de veces a su amigo así. Lo cual le desgarraba el alma. ¡Por eso disfrutaba tanto verle sonreír!

Se puso de pie para colocarse frente a él en cuclillas. Llevó su mano al rostro del chico y con su pulgar secó aquellas lágrimas las cuales eran remplazadas por otras.

—No llores más... —Habló preocupado por primera vez. Las veces anteriores sólo había callado pero le hacía sentir mal pues solo se dedicaba a acompañarle y a no hacer nada.

Pero para el mayor eso era más que suficiente, con su compañía pronto se tranquilizaba.

—Lo siento... —Habló como pudo —Ponte de pie Tae, te cansarás

—No me importa —El mayor le tomó de la mano, indicándole que lo hiciera. Obedeció y le vio hacer lo mismo.

Frente a frente en silencio mirándose directamente por unos momentos.

—¿Quieres que te deje solo? —Preguntó dudoso.

—No —Tragó saliva —Nunca lo hagas, jamás Tae

—No lo haré, pero quisiera poder hacerte sentir mejor...

—Lo haces, créeme —El menor le miró con cierto brillo en sus ojos atónito ¿Pero cómo? ¿Hablaba enserio? —Tú me haces bien... Me tranquilizas de una manera que no te puedes imaginar

—H-Hyung —Sentía su cuerpo comenzar a temblar, no quería que le viera nervioso por su cercanía —¿Qué es lo que te hace llorar?

—Eso no importa, tú llegas y pronto puedo dejar de hacerlo, me olvido por completo de todo —Se sinceró viéndole directamente a los ojos —Abrázame

—Todo lo que tú quieras

Pronto le tuvo entre sus brazos. Cerrando sus ojos sintiendo su cercanía. Abrazándole fuertemente como si no quisiera dejarle ir.

Como si quisiera que le pasara ese dolor que cargaba a él.

Como si quisiera sanarlo por completo.

Cuidarlo, protegerlo de todo lo malo y así poder verle feliz.

Segundos, minutos, o tal vez horas... No podía distinguir el tiempo junto a él. Mucho menos cuando tenía la fortuna de abrazarle sin estar a la vista de alguien.

—¿Quieres ir a mi casa? —Se escuchó su voz algo apagada, pues estaba hundido en el hombro del mayor.

—Emm yo...

—No es ninguna molestia —Se separó de él aun sin soltarle —Me gusta que vayas... —Le vio sonreír levemente —¿Eso es un sí? —Jung asintió presionando sus labios no queriendo esbozar por completo una sonrisa —¡Genial!

Sin darse cuenta le tomó de la mano durante todo el camino para llevarle a su casa. HoSeok algo preocupado al pasar frente a la suya aunque supiera perfectamente que sus padres probablemente estaban en sus sueños, dormidos sin percatarse de algo. Como el que se haya salido de casa tan temprano.

—Tengo un libro que me dio mi abuelo por sacar buenas calificaciones... Me gustó muchísimo y creo que a ti te encantará, ¡Podemos leerlo juntos! ¡Oh! También he escrito un poema... —Dijo el menor —Debería leértelo o tal vez dibujarte... —Se giró para verle antes de abrir la puerta —¿O qué deberíamos hacer?

—mmm... —Se quedó pensativo —¿Todas las anteriores?

—¡Sí! —Exclamó feliz —¿Eso significa que estarás todo el día conmigo? —Asintió enternecido por la actitud del menor —¡Entonces haremos más cosas! Vamos —Dijo para después abrir la puerta.

Se quedó algo atónito cuando sintió que el menor entrelazó sus manos rápidamente segundos antes de entrar, no dijo palabra alguna y solo se dejó guiar por éste hasta la habitación. No sin antes saludar a los dueños de aquella pequeña casa y ponerse nervioso cuando su amigo no le soltó de su agarre frente a éstos.

SILENCIO / HopeVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora