Pipipiiií, pii, piiiii... — Dios no puede ser ya la hora. — Pipipiiií, pii, piiiii — Suficiente. No me puedo creer que empiecen las clases otra vez, ¡¿Qué he hecho yo para merecer esto?!
Me llamo Marta y tengo 16 años. Soy castaña con los ojos azul oscuro y mido 1,63. Supongo que con el tiempo os enterareis de más detalles respecto a mi persona pero por el momento creo que va bien.
Debido a mis ajetreados padres voy, para mi desgracia, a un internado a las afueras de Granada el "Olympo". A ver, no me malinterpretéis, el Olympo está bastante bien. Las instalaciones están medianamente guays y también van muchos de mis amigos, pero... Si ya te parece horrible una jornada normal de colegio, imagínate vivir en él.
Además el número de fines de semana libres al mes depende de nuestros padres, lo cual, en mi opinión, seguro que viola algún derecho humano. Así que, entre eso y los castigos, me he llegado a pasar un mes entero sin salir del internado y, creedme, no mola nada.
Al ser el primer día, las clases no empiezan hasta las once y media. Eso nos deja con tiempo para intentar acomodar nuestras habitaciones y demás. Aún así, mis padres me han obligado a ir a las ocho y media. ¿Por qué? Porque me odian, claramente. La única nota que me han dejado decía: "Recibiremos un mensaje cuando llegues, así que nada de hacerle el lío a Joana para llegar más tarde y ni se te ocurra meterte en líos este año. Nos vemos pronto. Muchos besos".
Nos vemos pronto significa "Ya nos veremos en Navidad", probablemente... Pero bueno, lo peor es que Angie me dijo que no llegaría hasta las diez. Mi vida es un drama. Lo mejor será que me arregle y baje a desayunar.
Me ducho rápidamente y me pongo el uniforme del colegio. Yo llevo la versión de falda a cuadros (casi siempre), una camisa de manga larga, una corbata no muy bien anudada y unas converse a juego. Me suelto el pelo, que me había trenzado la noche anterior, y entro al cuarto de baño. Me pongo un poco de maquillaje, como de costumbre, y bajo a desayunar.
— ¿Lista para el primer día de clases? — Si no fuera por Joana, estaría sola en casa. Bueno, quitando al resto de trabajadores que se encargan del jardín y todo eso, aunque ellos vienen y van. Ella es la que se encarga de "supervisarme" cuando no estoy encarcelada en el Olympo.
— Ya sabes que no — Respondo tras un largo suspiro. La verdad es que Joana me cae bastante bien, al fin y al cabo no es culpa suya que su trabajo sea ser una "cortarollos".
— ¿Este año piensas pasarte más por casa o también vas a estar de retiro en el internado? — Cómo veis, en mi casa no superan que me castigaran el año pasado. En verdad, esto en parte algo bueno, ya que mis padres estuvieron a punto de aumentar mis findes en el internado, pero luego dijeron que no haría falta ya que probablemente los aumentaría yo sola... Y al menos, si no la cago, a veces puedo ver la luz del sol.
— Ja, ja, ja. Veo que te has levantado graciosa está mañana, Joana.— Le digo poniendo los ojos en blanco. Ella no pude evitar reírse.
— Bueno, anímate. Te han dejado un paquete en la entrada.— Me dice indicándome con la cabeza. Uh, surprise surprise.— Venga, ve a ver que es.
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Hipótesis: ¿Qué pasaría si...?
Teen FictionAl principio todo es simple, dos chicas conocen a dos chicos y surge la magia. Aunque resulta obvio que nuestra historia no podía acabar ahí, ¿ verdad? Conforme acaba el verano, acaba la simplicidad, y la vuelta al instituto lo pone todo patas arrib...