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Un meses, un meses en el cual no he sabido nada de él, no me ha llamado no hay ninguna señal de vida. Me levanto como es costumbre ya, rebusco algo para ponerme y lo único que encuentro limpio es una pijama.

Me la pongo y salgo de mi habitación en busca de un café, mi apartamento esta hecho un caos, tengo ropa sucia tirada por todos lados, hay cajas de pizza en los muebles, botellas de vino vacías y para completar, no tengo nada de comida y ya el café se me ha acabado. Suspiro, no soporto estar en este lugar, me trae tantos recuerdos que últimamente solo vengo aquí a dormir y nada mas.

Cojo las llaves, mi bolso y salgo, le hecho seguro, me encamino hacia la puerta y en ese transcurso, saludo a algunos vecinos. Me monto en mi coche, tiro mi bolso en los puestos de atrás y arranco rumbo a mi trabajo el cual amo ya que mientras estoy laborando, me olvido de los problemas  y me enfrasco en ayudar a resolver los problemas de los demás.

Qué ironía, no puedo solucionar mis propios problemas y aun así ayudo a los demás.

Mientras espero  el semáforo, mi teléfono comienza a sonar, es mamá, pongo el manos libres y contesto.

-Hola.

-Hola Cariño, cómo va todo.

-Genial.
Creo que sonó algo sarcástico.

-Cariño llamaba para decirte que pronto iremos a visitarte.
Freno en seco casi hago que otros coches s choquen.- Sophie, estás bien?. Pregunta algo alarmada.

-Si mamá, solo que un auto se me ha metido adelante.

-Entonces te dejo, no es apropiado hablar por teléfono mientras conduces, cuídate te amo.

-Yo igual.
Ella cuelga, me quedo pensando en que voy a hacer, mi familia todavía no sabe que he terminado con Andrw y peor aún, no sé que inventar para que no sepan él porque. Sé que papá lo mataría si se enterara de la verdad y he de admitir, no quiero que haga eso, puede sonar ilógico pero a pesar de todo, aún lo amo.

Al llegar al hospital, me encuentro con Scott. Le sonrío y él comienza a caminar a mi lado como siempre quizá tratando de llamar mi atención. No para de mirarme.

-Qué pasa?.
Le pregunto y él sonríe.

-Te necesito.
Pongo los ojos en blanco. -Es algo laboral. Asiendo y ahora soy yo la que salgo tras de el hacia su oficina.

-Qué pasa doctor Scott?.
Ladea su cabeza y moja sus labios. No para de mirarme y comienzo a incomodarme, gracias al cielo desvía su mirada hacia algunos papeles que hay sobre la mesa.

-Él doctor Samuels no viene hoy, ha pedido un permiso por algunos días. La cuestión es que hoy llegan los internos nuevos y necesito ha alguien que los instruya por algunos días.
Ahora me mira.

-Yo...
Me interrumpe.

-Te pagaremos esas horas como extras. Niego con la cabeza.

-No es eso, solo que pienso que hay doctores mas aptos para recibir este cargo.
Él niega.

-Scott me ha dicho que quiere que seas tú.
Me sonríe y yo achino los ojos, no creo esto. -Entonces que dices aceptas?.

-Cuántos son?.

-10, supongo.

-Puedo pensarlo?.

-Tienes 2 segundos, los estudiantes están por entrar.
Suspiro.

-Esta bien, dónde los puedo encontrar?.
sus ojos se le iluminan.

-Sabia que aceptarías y ellos están por los lados de la farmacia.

COINCIDIR?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora