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Voy saliendo del hospital con Betty y Garreth. La rubia habla mal de la enfermera y de nuestro amigo Lincon.

-Aún estor muy colorada.

-Por mucho maquillaje que te heches encima. Se te va a notar.

-Vamos Garreth. Yo hice lo mejor que pude no se te nota.

le digo dándole ánimos.

-Si mañana amanezco con un rasgo de lo que esa mujerzuela me hiso... Juro que la mato.

Garreth ríe a carcajadas y ella lo fulmina con la mirada.

-Soph...
Me llama Fernando mientras corre a mi encuentro.

-Hola.
Le sonrío. -Quieres que... Quieres que te lleve?.
Grambell deja de discutir con el Garreth y habla por mi.

-Ella estaría encantada.
Dice mientras me quita las llaves de mi coche de las manos.

Me atrae hacia ella... -Date la oportunidad... Quizá pueda ocurrir algo allí.
Pongo los ojos en blanco.

-No lo hago porque quiera. Lo hago por que sé que no me dejaras en paz diciéndome que salga con él.
Sonríe y me abraza.

-Te amo. Pásala bien.

Fernando me entrega el casco y en cuento me lo voy a poner escucho de nuevo mi nombre... Pero de esa voz que tanto temía escuchar.

-Sophie!!!!.
Siento un escalofrío recorrer mi cuerpo.

Volteo a verlo. Lleva su traje negro. Camisa blanca y está sin corbata. Su cabello está perfectamente peinado y la barba saliente... Está para comérselo.

-Vamos Fer.
Animo a mi compañía para escapar de él, pero no sé mueve.

-Sophie. Espera!!!.
Se acerca a donde estoy y el hecho de sentir su perfume y ver sus increíbles ojos azules. Hace que todo en mi reaccione.

-Creo... Creo que no hay nada que hablar.
Digo con la voz quebrada he intentando no perder el control que he ganado en las últimas semanas.

Me coge por el brazo impidiendo que me mueva y yo solo me quedo mirándole. Queriendo gritarle las cosas que estoy sintiendo tanto buenas como malas.

-Déjala en Paz Kenton.
Se le enfrenta mi chica favorita.

-No te metas Betty.
Dice sin quienquiera mirarla.

-No te tengo miedo. Déjala en paz de una vez por todas quieres?.
El suspira y en su mirada puedo notar un sin fin de sentimientos. Pero no puedo dejarme llevar de sus lindos ojos, labios, su elegante ropa, su perfume y su sonrisa.

Me pongo el casco y mi compañía por fin arranca.

Ahora mismo no sé de dónde he cogido el valor para dejarlo atrás, quizá después de todo el daño que te hacen, te vuelves fuerte a siento tipo de dolores. Son más soportables aunque no dejan de doler, igual o peor que antes.

En el trayecto a casa no hablo nada, sólo intento no llorar, sólo intento no salir corriendo, no sé cuándo fue el momento que me metí a la boca del lobo. Ahora no tengo escapatoria, viviré con el sentimiento de amarlo como a nadie en el mundo, pero no puedo estar con el, me hace daño, no es bueno vivir en un continuo laberinto sin salida, en un continuo círculo el en el cual nos hacemos nos destruimos mutuamente.

Mi teléfono suena sacándome de mis pensamientos. Me doy cuenta de que acabamos de llegar. Cojo mi móvil es una llamada de mi amiga.

-Hola.

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