-¡Que no Emilio, entiende! Ya suéltame carajo.
-¡Mírame Joaquín! ¡Mírame y dime qué todo lo que dijiste no me lo decías a mi!
-No estaba hablando contigo-un nudo se instaló en su garganta.
-¿Ah no? ¿Entonces con quién? ¡No había nadie más ahí!
-¡Estaba hablándole a Aristóteles!
-El no existe Joaquín, por Dios, deja de decir estupideces, te lo he dicho millones de veces.
-y todas las veces lo he escogido a él antes que a ti.
Existe un universo alterno dónde Joacostóteles es real.
Pero a Emilio le cuesta aceptarlo.