Chechis

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La estrella más resplandeciente de todas las noches, el cielo azul frente a ti al caminar sobre las calles, la piel de tez blanca como la avena, el cabello tan alborotado y a penas controlado, como la melena de un león.  Chechis mía de la vida, palabras me faltan para llegar a descifrar lo que realmente puedo llegar a pensar y sentir por ti. A una temprana edad sería imposible que lograra sentir tanto en tan poco. Y es que no sé por dónde empezar, si por tu manía por besar lento, por el lunar que tienes cerca de tu clavícula o por tu acento que me mata.

Chechis hermosa mía de mi corazón, has sido siendo el mayor de mis tesoros, el mayor de mis proyectos, fuiste parte de mi proyecto de vida, de mi corazón grandilocuente que le llama al tuyo mediante súplicas a la luna, pidiéndole que te cuide desde donde sea que te encuentres.

La locura que prevalecía en ti, tus tormentas a media noche y tus pensamientos que consistían en ahuyentar todo a tu alrededor cuando yo, solo quería danzar bajo la lluvia del mar de tus caricias que rozaban mis brazos mientras bajaban al ritmo de la respiración prolongada de los besos. La proyección de las constelaciones hechas lunares a lo largo de tu cuerpo, unidas por besos tan delicados como la piel de algodón con tes de la vainilla. Me encantaba la esencia que dejabas en mi ropa después de un largo abrazo, me gustaba la sombra de nuestras manos entrelazadas sobre tu abdomen y mis brazos sobre el contorno de tu cintura y amaba que me amaras a pesar de no saber cómo era posible que alguien tan perfecta se enamorara de alguien tan imperfecto como yo.

Eras una chica con más miedos e inseguridades, solo alguien como tú, con el corazón hecho pedazos, podría ser amado por alguien tan roto como yo...

En cierta etapa de mi vida, estuve en el atraco más grande de mi vida, en su momento no lo supe, pero ahí estaba yo, viéndote directamente a los ojos mientras tú, sin mi permiso te llevabas toda mi atención. Una mirada profunda, fría, eufórica y frívola. Ni yo me hubiera imaginado que, hasta el momento, no solo te has llevado mi atención, sino que ahora, tienes una gran parte de mí. Lo que en su momento pensaba que era para mí se me escapaba del pecho como una cirugía de corazón abierto salía corriendo para caer en tus manos. Cuando gritaba, tú reías y ahí entendí que no fue un robo, sino que había llegado la persona ideal que sabría qué hacer en el momento. Una vez que nuestros corazones se juntaron, hicieron complot y pactaron que vivirían el uno para el otro y así fue, así es y así seguirá siendo. De un momento a otro empezaba a dejar de ser para empezar a ser para ti. Eras una joven de pelo negro, esponjado como un pastel mientras se hornea, piel de tez blanca como la luna, con la risa más fresca del caudal más hermoso, con las constelaciones en forma de lunares plasmados en lo que va de tu cara hasta el cuello, y las manos más suaves como el algodón. En el paquete incluía los besos con deseo, con el delineado perfecto y el maquillaje de modelo, con ataques de locura de morado o verde tu cabello teñías, pero INMENSA como el universo entero.

Cuando no sabías nada
Hacía los posible para
Enseñarte de la mejor manera
Luego, nos iluminamos;
Sabía que el mejor lugar era ahí
Entre tus brazos, estando o no
Ahí.

Para el amor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora