La naturaleza de las cosas

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Se sigue en el transcurso de los días mientras uno no se percata que a diario nos enfrentamos a los duelos que nos presentan la vida mediante el tiempo no se detiene, la necedad por forzar al destino a que suceda lo que nosotros queremos es plena alteración predispuesta al futuro acogido con las cosas que nos deparan.

Ahí estaba yo, trabajando como de costumbre decepcionado con la vida por saber que no volverías, por saber que alguna oportunidad con aquella adolescente semidelgada, acinturada y con la sonrisa más jodidamente preciosa que haya visto a lo largo de mi corta vida. De pronto pasaste como si nada, sin pena alguna, sin preocupaciones y como si no me conocieras. Un golpe duro en la fe que algún día te tuve, por lo que siempre estaré agradecido y decepcionado contigo, algo así cuando ves una estrella fugaz, pero te decepcionas porque a penas parpadeaste y se ha esfumado.

Sí, tú, amante de la indiferencia, sin muestra de resiliencia, pésima para dar palabras alentadoras a seguir, bailarina del ocio en las tardeadas, cómplice de las películas de princesas, amiga del insomnio y novia del recuerdo vago que sigue rebotando en mi cabeza. Enemiga del baile, pero una frenética por el maquillaje, defensora de animalitos, madre de un gato y un conejito que se adelantó en la carrera. Reina de los maratones somnolientos de 13 horas sin parar.

Le dedicarás insomnios a alguien que ya se durmió cuando tú solías ser quien se dormía primero...

La fluidez de las cosas que surgirán a partir de no haberte visto en tanto tiempo, quedarán justamente intactas y el calentamiento global seguirá siendo el tema de conversación de nunca acabar, siendo nuestro punto de partida para todo, en las cenas, en el bus, después de discutir, después de haber pasado la peor marejada, la ventisca, después de cualquier huracán; ningún capitán se forma en la bahía, sino son las peores tormentas quienes lo forjan, así como el acero, el amor se vierte en la disposición emocional que fluye a lo inimaginable, a lo no palpable, a lo metafísico. Se convierte a la disipación emocional de lo que era un gran amor.

Para el amor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora