Parte 3

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Estacionó el auto con cuidado, y retiró las llaves. Desde su punto de referencia, podía ver las sombras de María y Harley a través de las cortinas. Sonrió con cariño. Sus hijos eran lo que más amaba en este mundo.

Descendió del auto encaminándose por el pasillo de margaritas que decoraban el ingreso a su hogar. En cuanto llegó unos delgados brazos rodearon su cintura.

-bienvenido papá- dijo María recibiéndolo con cariño- ¿Cómo te fue en el trabajo?

-lo bastante bien, linda. ¿Y a ti? ¿Qué tal tu primer día de escuela?

-igual que todos los demás- dijo Harley unos metros más allá-aburrido como siempre.

El chico apareció con dos mochilas, Steve se quedó mirando a su hijo sin entender que hacía con ellas.

-¿van a salir a alguna parte?

-la tía Pepper nos invitó a pasar la noche en su casa.

-¿así?- preguntó Steve. Vio a su hija asentir con entusiasmo- ¿papá Tony lo sabe?

-si. Ella prefirió que fuéramos a su casa, ya que, papá se encuentra un poco malito.

-¿Qué tiene? –preguntó el alfa preocupado.

-según él una gastritis- dijo Harley- de hecho, no comió nada desde que llegó.

-entiendo.

-creo que ya llegó tía Pepper –dijo María observando desde la ventana. Steve la siguió, y en efecto, la rubia se encontraba bajando del vehículo.

-vengan, los ayudare a llevar sus mochilas.

María fue la primera en salir y saludar a su querida tía, la cual la recibió con los brazos abiertos. Harley la saludó de paso. Mientras los niños se sentaban en la parte trasera del auto, la rubia acompañó a Steve a dejar las mochilas en el portaequipaje.

-¿Cómo estuvo durante el dia?

-bueno, tú sabes. Siempre haciendo de todo una tragedia griega- dijo la mujer mirando los ojos del rubio- esta irascible, Steve. Y desgraciadamente eres el único que puede lidiar con su humor.

-gracias por cuidar a los niños.

-no tienes que agradecerme. Happy y yo amamos estar con nuestros sobrinos. No nos son ninguna molestia.

Steve asintió y miró a sus hijos a través de la ventana. Entonces dijo:

-¿saben algo de Peter?

María bajó el vidrio de la ventana y habló:

-va a pasar la noche en la casa de Ned. Tenía que hacer un proyecto de ciencias.

-entiendo- dijo Steve tomando el suave rostro de su hija y repartiendo besos a lo largo de toda esta- cuídense, ¿sí? No hagan rabiar a la tía Pepper.

-nos portaremos bien, papá- dijo María extendiendo su dedo pulgar- cuida de papá por nosotros.

-eso haré.

Steve observó como el auto negro se alejó hasta doblar por la esquina. Miró su hogar y armándose de valor ingresó a ella.

Su habitación estaba en penumbras, de hecho, lo único que había de iluminación era la parte inferior de la puerta del baño. Lo más probable es que Tony se encontrara adentro, lidiando con su supuesta gastritis. Escuchó el correr del agua y esperó unos cuantos segundos. Entonces, frente a sus ojos apareció su esposo. Tenía la mirada cansada y un poco irritada. Su semblante no pareció cambiar al ver a su alfa.

Cuando menos se esperaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora