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(Hamilton POV)

     Han pasado aproximadamente dos meses desde la última vez que hablé con John. En este tiempo he estado sintiendo algo extraño en relación a él. Algo bastante extraño. Muy extraño. Unas semanas después de que comencé a sentir eso me puse a pensar en qué era, y si bien tuve una idea de lo que podría ser, inmediatamente la descarté. Simplemente no podía pasar. Era imposible. Intenté dejar de pensar en eso desde entonces, aunque era algo difícil.

     Volviendo a ahora; decidí que hoy le hablaría. Ayer le dije a Laf y a Herc que hoy lo iba a hacer para que nos dejaran solos.

     Al despertar, dejé mi puerta entreabierta para escuchar cuando John saliera de su habitación. Estaba algo nervioso.
     La verdad estaba bastante nervioso. Creo que nunca lo he estado tanto, no sé por qué.

     Escuché que una puerta se había abierto, y si fuese posible, yo creo que mi corazón habría explotado.

     Me preparé para salir. Estuve unos segundos en frente de mi puerta hasta que la abrí y fui hacia el comedor, donde estaba John.

(Laurens POV)

     —¿Qué estás haciendo aquí? ¿No se supone que tú vienes después? —pregunté al ver a Alex llegar al comedor.
     —... Se supone...
     —... ¿Por qué estás aquí entonces?... ¿Dónde están Laf y Herc?
     —Ellos... Ellos se fueron a almorzar a un restaurante...
     —¿Y por qué?... ¿Qué está pasando?
     —... John, debo hablar contigo...
     —... ¿Hablar de qué?
     —... Quiero que todo vuelva a la normalidad. Quiero volver a ser tu amigo, quiero que nos volvamos a hablar, que dejemos de pelear siempre, volver a confiarnos todo, volver a ser tan unidos como lo éramos antes... Quiero que vuelvas a ser feliz... Quiero que vuelvas a ser tú...
     —Agh, ya vienes con lo mismo. Pensé que ya me habían dejado tranquilo...
     —Pero John... Ya sé que estás cansado de escuchar esto, pero realmente te queremos ayudar... No es normal que de la noche a la mañana cambies de una forma tan brusca... Sólo quiero que todo vuelva a ser como antes...
     —Eso no se va a poder hacer.
     —¿Cómo estás tan seguro? Ni siquiera sabemos lo que te pasa como para intentar hacer algo...
     —¡No necesitan saberlo para eso! Lo sepan o no, nada puede arreglar todo esto, nuestra amistad ya se arruinó, no hay vuelta atrás, se fue lo que se fue y se quedó lo que se quedó, ¡entiende eso, por favor! Ya me cansé de tener que insistir en esto, no se los diré, no pueden ayudarme por más que puedan. ¡Eso de «que vuelva todo a la normalidad» ya no se puede hacer!
     —¡Sí se puede, sólo que tú no quieres hacerlo! —dijo alterado.
     Hubo un pequeño silencio. Noté que Alex intentó calmarse antes de continuar hablando.
     —... Mira... ¿No extrañas cuando todo estaba bien? O cuando nos podíamos mirar y en vez de enojarnos alegrarnos al saber que el otro estaba feliz, cuando todos nos ayudábamos de la mejor forma posible cuando alguno tenía un problema, cuando nos juntábamos en otras partes y no la podíamos pasar mejor, cuando hacíamos bromas, cuando lo único por lo que nosotros dos discutíamos era por quién tenía el mejor pelo... ¿No extrañas eso?...
     Al recordar todo eso, no pude sentirme peor. Esos sí eran buenos momentos. Cuando realmente estaba feliz, cuando casi no habían problemas, y si había uno, todos nos ayudábamos.

     Todo lo que me aguanté las veces que había llorado en silencio, o sea, todo lo que aguanté cada vez que lloraba, lo quise soltar ahí mismo. Y lo hice luego de unos segundos de silencio.
     Pocos segundos después de haber empezado, Alex me abrazó sin decir nada. Yo le acepté el abrazo.

     Creo que nunca he llorado tanto, o con tantas ganas. Quizás porque nunca he tenido tanto acumulado y simplemente no lo pude aguantar más.

  Lloré abrazado a Alex por un buen rato. Realmente. Fueron varios minutos. Yo creo que después de los diez minutos intenté calmarme porque ya me estaba cansando de llorar de esa forma, pero eso fue. Lo intenté. Luego de otros diez minutos fue cuando comencé a calmarme, y en un momento en el que finalmente me sentía capaz de hablar, lo hice.

     —... Sí extraño todo eso... Lo extraño mucho... De verdad lo siento, fui un imbécil... No sé por qué dije todo eso, en serio... Todo lo que te dije, cómo te traté... No pude haber hecho algo peor... Todo se arruinó gracias a mí, porque fui un estúpido... Tenías razón... Soy malagradecido, insoportable, no sé cómo tú o los demás siguen preocupándose por mí, no sé cómo me lograron soportar...
     —No digas eso...—dijo al separarnos—. Yo no tenía razón... Además, nosotros insistimos demasiado, y al hacerte recordar lo que te estaba pasando, sólo empeorábamos todo e hicimos que dijeras esa cosas... Pero... algo que realmente no logro entender es por qué cambiaste tanto y tan rápido...
     —... No quieres saber eso...
     —Sí quiero... Haría lo posible por ayudarte...
     —Ya te dije que no puedes ayudarme... Nadie puede... Además, si te digo, ya nada podría ser como antes...
     —¿Por qué?
     —... No puedo contarte eso...
     —Pero John... Déjame intentar ayudarte por lo menos... Quizás pienses que no se puede, pero ese es tu punto de vista... Estoy seguro de que tiene arreglo... Sólo dime...
     —Alex... No quiero... Y si te lo dijera, entenderías que realmente no tiene arreglo...
     —Pero ¿cómo va a ser tan malo?
     —Lo es... Simplemente no se puede...
     —John, insisto, quizás para ti no se puede, pero si me dices, podría ayudarte a encontrar una solución...
     —Es que... No entiendes... No hay solución... Me encantaría que lo hubiera, pero no hay... Va más allá de lo que puedo controlar...
     —¿Por qué?
     —No puedo decir eso.
     —¿Por qué?
     —Alex, en serio...
     —¡Pero sólo dime por qué! ¿Por qué no puedes decirme nada? ¿Por qué...?
     —¡Porque te amo! —Interrumpí.
     Hubo un silencio donde nos quedamos mirando a los ojos. Luego yo desvíe mi mirada hacia abajo por un segundo antes de volver a mirarlo y hablarle.
     —Eso... Eso es lo que me pasa... Cuando estaba distraído, hace un tiempo, era porque comencé a sentir algo extraño cuando te veía y cuando pensaba en ti, pasaba todo el día pensando sólo en eso, y... llegó un momento en el que descubrí lo que sentía, pero no podía hacer nada porque en ese momento tú estabas con Jefferson, y no podía obligarte a que lo dejaras de querer o algo así, tenía que aceptar que entre nosotros no podía pasar nada, y... eso fue lo que me hizo triste... Y aunque lo intenté disimular, no funcionó mucho... Y cuando me preguntaban... odiaba eso porque me recordaban una y otra vez que no podía pasar nada... Y esa vez en la que en un almuerzo todos me preguntaron, me alteré y no pensé bien lo que dije antes de irme a mi habitación... Y cuando tú viniste un rato después fue peor porque además de que eras tú quien me preguntaba, me habías recordado que estabas con Jefferson al decirme que tú me habías confiado lo que te pasaba antes, y eso me dolía más, y... simplemente no pensé lo que dije, estaba demasiado alterado como para hacerlo... Me arrepentí inmediatamente... Lo peor es que no he dejado de sentir eso, y tampoco creo que deje de hacerlo...—suspiré antes de continuar—. A eso me refería con que esto no tenía arreglo... Lo siento...
     Después de decir eso, fui hacia mi habitación a llorar.

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Déjame Ayudarte || Lams Modern AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora