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(Laurens POV)

     Han pasado cinco días desde que Alex se mudó con Jefferson.
     Cada día he intentado aceptar más el hecho de que Alex me odia y que debería comenzar a olvidarme de él, pero me cuesta mucho, y aunque ya no lloro tanto como antes, lo sigo haciendo. Nunca pensé que algo como esto podría pasar, y tan rápido, además.

     Hoy se suponía que Laf y Herc se iban a juntar después de almuerzo con Alex. Yo no iba a ir, claramente.

     Cuando ellos se fueron, no hice nada muy especial. Sólo comencé a hacer otro dibujo de una tortuga. Últimamente he hecho muchos sólo para no llorar.

     Estuve un muy buen rato dibujando en mi escritorio, quizás dos o tres horas, hasta que escuché que la puerta principal se había abierto, y supe que Laf y Herc habían llegado. No pensé más allá de eso y continúe dibujando, pero poco después alguien tocó mi puerta.

     —¿John? ¿Podemos pasar? —Escuché a Laf hablando a través de la puerta.
     —¿Por qué?
     —Queremos hablar de algo... Será corto...
     —¿De qué quieren hablar?
     —... Lo sabrás si nos dejas entrar...
     —... ¿Tiene que ver con Alex?
     Hubo un pequeño silencio antes de que abrieran la puerta sin previo aviso como la otra vez.
     —Perfecto...—dije hacia mí.
     —Bueno, como sabes, hoy nos juntamos con Alex...
     —Sí, ¿y qué? —no me paré de mi silla e hice que esta girara hacia ellos.
     —Nosotros... Le hablamos sobre lo que nos contaste la última vez, y... Mira, no estamos del lado de ninguno, pero...
     —Agh, ¿qué les dijo? —Interrumpí.
     —Que... Él no habría dicho eso si tú no le hubieses dicho lo que le dijiste antes... Y... Eso que le dijiste fue también muy pesado, y bueno... Esto suena algo infantil, pero... tú empezaste...
     —¿Que yo empecé? ¡El fue quien no dejaba de insistir! Yo le dije que me dejara sólo, pero seguía, y seguía, y básicamente no tuve opción! —dije molesto.
     —Pero John, él te quería ayudar... Este cambio fue muy drástico... Seguimos preocupados... Nunca pensamos que podrías llegar a ser así...—suspiró antes de seguir—. Ya insistimos mucho, lo sé, pero... ¿De verdad que no nos quieres contar?
     —No, no quiero, y ya tengo suficiente, ahora váyanse —dije cuando los comencé a empujar hacia la salida de mi habitación luego de pararme de mi silla.
     —Pero John...
     —¡Váyanse!
     Justo después de decir eso, cerré la puerta con pestillo cuando ellos ya estaban afuera. Luego, comencé a llorar.

     No me puedo entender. ¿Por qué me enojo cuando sé que tienen razón? Yo comencé con todo, yo destruí nuestra amistad, yo me gané lo que me dijo, hasta diría que me merezco mucho más que eso... Aunque en realidad... Lo que me dijo junto con el hecho de que me odia y quizás nunca vuelva a querer si quiera mirarme o escuchar de mí ya es bastante castigo... Pero como dije, lo merezco.

Meses después...

     No han cambiado muchas cosas. Yo sigo igual de idiota, pero lloro un poco menos que al principio de todo esto.

     Ahora estábamos a la mitad del almuerzo. Nadie estaba hablando.

     Estábamos en silencio cuando alguien toca la puerta principal.

     —Yo voy —dijo Laf antes de pararse a abrir la puerta.
     Cuando la abrió, me sorprendió ver a Alex, pero no sólo eso, sino que también el hecho de que sus ojos estaban realmente muy hinchados y tenía una cara de tristeza enorme.
     —... ¿Puedo pasar? —preguntó cuando Laf abrió la puerta.
     —... Sí... Sí, claro, pasa...
     Y Alex entró.
     Intercambiamos miradas, y yo lo miré con expresión molesta antes de irme a mi habitación.
     Me odio por eso. Ni sé por qué lo hice.

Déjame Ayudarte || Lams Modern AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora