Capítulo. 11

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Al terminar de saltar como mensas, Tess me llevó a su habitación y abrió el gran clóset, me entregó un jeans color negro, una camiseta blanca y un par de zapatillas, también negras.

-Vamos pruebatelo, estoy casi segura de que te quedará - Sonrió feliz.

-Okey, okey- Dije sentándome en la cama y colocándome la ropa que Tess me había dado.

-Ves! Te lo dije- Gritó feliz.

-Pues tenias razón, pero no es necesario, es tu ropa y yo no tengo derecho a usarla- Dije apenada, era cierto.

-Una de las razones por las cuales confíe en tí fue porque tienes la misma edad que mi hermana, te ví y de inmediato lo supe, estabas tan sola y no podía dejarte así, me recuerdas a ella y haré todo lo que esté a mi alcance para entregarte todo lo que a ella no- Sonrió triste.

-Gracias Tess, espero poder hacerte feliz a tí también- Tome sus manos y la observé con cariño.

-Gracias a tí- Y me abrazó.

Llegó la noche y juntas preparamos la cena, comimos ensalada y carne.

Estaba tan rico, hace mucho tiempo no comía tan bien.

Había bajado de peso, pero no lo suficientemente, aún seguía teniendo demasiada grasa.

Vimos películas por un rato y luego me fui a duchar, me coloqué un pijama de tess y me fui a acostar.

Revise mi celular pero ya no tenía internet, aunque si tenía muchos mensajes de texto, todos del señor misterioso.

Mensaje uno: hace 9 días.

-¿Amor estas bien? no me respondiste los mensajes, y estoy bastante preocupado.

Mensaje dos: hace siete días.

-Princesa, han pasado tres días y aún no me respondes, ¿Estás bien?

Mensaje tres: hace cinco días.

-Me tienes aquí pensando lo peor, por favor respóndeme.

Mensaje cuatro: Hace dos días.

-Por favor háblame en cuanto puedas, estoy muy preocupado por tí.

Mensaje cinco: hoy a las 6:50 pm

-Hola princesa, ¿Estás bien?

Quería responderle pero no tenía dinero para enviar mensajes, así que cerré los textos preguntandome quién será este misterioso chico, quiero conocerlo, o al menos saber su nombre, Dijo que yo lo conocía pero que el no a mí, ¿Cómo es eso posible? Y ¿Por qué se preocupa tanto por mí?, ¿de donde habrá conseguido mi número?.

Bloqueé el celular y lo dejé en el pequeño mueble que está al lado de mi cama, y apagué la luz.

Desperté a las 7 de la mañana así que tuve que correr para alcanzar a hacer todas las cosas, me duché rápidamente y me coloqué la ropa que Tess me había entregado ayer.

Sonreí agradecida de que mi vida estuviera tomando este rumbo.

Fuí al comedor con la esperanza de encontrarmela ahí y darle las gracias por todo lo que ha hecho por mí, pero no había nada más que una pequeña nota en la mesa.

"Abigail fuí a trabajar al hospital, espero que hayas disfrutado tu noche y me tomé la libertad de preparar tu desayuno, esta en el microondas, Ojalá te guste.
Tess"

Sonreí al leer esa nota y fuí corriendo al microondas para desayunar, habían huevos revueltos, tostadas y café, aún estaban tibios así que me los comí así.

Debía apresurarme.

Eran las 7:50 y recién estaba saliendo de casa, apresuré el paso esperanzada de llegar temprano a mi primer día de trabajo.

Llegué a las 8:25 am así que prácticamente entré corriendo.

Me recibió la misma chica rubia, llevándome nuevamente a la oficina de Cristian.

Le sonreí y ella se marchó.

Golpee rápidamente las grandes puertas y recibí un "adelante".

-Permiso- susurré igual que la primera vez.

Cristian levantó su vista y me observó con esos lindos ojos verdes.

-Hola- Sonrió.

Observó el reloj.

-Has llegado un minuto antes, no es tan temprano como la otra vez pero si estás a la hora, muy bien- Volvió su vista a mí- ¿Qué se te ofrece?- Preguntó.

Saqué de mi bolsillo el cargador que me había prestado y se lo entregue.

-Muchas gracias Cristian, no pude entregartelo ayer porque ya sabes - Sonreí tímida- Así que te lo traje hoy.

Sonrió.

-De nada Abigail, ahora ve a tú lugar de trabajo, ahí te entregarán una chaqueta, gorro y un mandil- Bajó la mirada a los documentos que tenía en el mesón.

-Gracias- Sonreí agradecida.

Y abrí la puerta para salir.

-Ah, Abigail, antes de irte, necesito que me hagas un favor- Asentí.

-Si claro.

-Puedes entregarle esto a Brenda- Lo miré confundida- La chica rubia de la entrada- Sonreí.

-Jaja Ah si, claro.

Me entregó una carta con sobre blanco.

Salí de ahí y fui nuevamente a la entrada del restaurant en busca de la rubia.

Ella me observó con detención y un brillo especial apareció en sus ojos cuando vió la carta en mis manos.

La recibió sin decir nada, y yo me fui algo confundida.

Decidí ignorarlo.

Me pasé todo el día corriendo de aquí y allá, preparando platos y entregándoselos a los garzones del lugar para que los sirvieran a los clientes.

Llegaron las seis de la tarde y con ello mi hora de salida, estaba tan cansada que llegaré a dormir y solo a dormir.

Salí del restaurant y fuí a la parada de autobuses, Tess me había dejado una tarjeta con la que se paga el pasaje del bus.

Llegué al departamento y ella ya se encontraba ahí, la saludé con un abrazo.

Así pasaron los días y al fin habia llegado fin de mes, mi primer pago.

Apenas lo recibí le di mi parte del arriendo a Tess y fui a contratar nuevamente un plan, quería revisar instagram y responderle al señor misterioso, que cada día envía un mensaje nuevo, pagué lo que debía y firme un contrato prometiendo pagar todos los meses, sin atrasarme, me dieron el plan y estaba tan feliz.

Tenia casa, una amiga, trabajo, dinero y ahora también tenia mi celular.

Llegué a casa feliz y cuando entre vi la imagen más triste desde que me fui de casa.

Tess estaba tirada en el sofá, llorando y con el celular en mano.

Me acerqué a ella intentando ayudarla pero se alejó de mi.

-Déjame sola Abi, necesito estar sola- Sollozó fuertemente, pero yo no cedí, la abracé y ella rendida me abrazó fuertemente y comenzó a llorar aun más descontrolada.

Que pudo haberle pasado para que actué así, se que aun soy algo desconocida para ella, pero al fin y al cabo yo solo la tengo a ella y me preocupa saber que le sucede.

No me contó nada, simplemente dejó de llorar y se fue a su habitación.

Mañana hablaría con ella.

Entre dos AlmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora