Parte once: "Memento mori"

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Capítulo 48: Pantallazos

Llevamos dos semanas refugiados en la casa de Emily, osea, dos semanas de trabajo sin salario. Resulta que ella vive de hacer favores a las personas, como una especie de diablo pero humana... y con poderes. Es increíble que, en todo el tiempo que llevamos aquí, solo hemos visto a cinco personas en la calle. Es como si Crossfield fuese una ciudad fantasma. Cath y Serena se encargan de mantener limpia su casa todo el tiempo y, cuando digo todo el tiempo, es porque solo las vemos en la noche, a la hora de dormir. Siempre se las ve con un trapo o una escoba en la mano, yendo de acá para allá. John y Aria se ocupan de salir a la calle y buscar a personas que realmente necesiten favores. Al fin y al cabo, esto se siente como un refugio para sin techos. En cuanto a mí... soy la maldita secretaria de Emily. Yo tengo que hacer dos desayunos, dos almuerzos, dos meriendas y dos cenas: una para nosotros y otra para ella, ¿y los ingredientes? los tengo que buscar yo, yendo en auto a la ciudad más cercana( Starville) que está a cincuenta kilómetros, todo porque la señorita quiere los ingredientes específicos de una tienda de allá. Es insoportable pero al menos, estamos a salvo.
Volviendo a su casa, siempre me topo con un hospital. Me pregunto qué será de la vida de Ethan, Nathan... Matt...
El edificio tiene toda la pinta de estar abandonado pero lo que aprendí de estar aquí es que todo puede ser un glamour, un hechizo de Emily para ocultar algo o alguien, como una ilusión óptica. Ver ese estúpido hospital me recuerda a aquellos días en los que estaba internada. Había apenas sobrevivido a la primera prueba y mi más grande preocupación era que John no venga a Glass. Es divertido ver atrás y darme cuenta de cómo cambiaron las cosas, ahora tengo poderes y conozco a gente que también los tiene. Increíble.

Entonces, mientras vuelvo a la casa de Emily en mi auto, junto a todos los ingredientes, lo veo pero tengo una sensación que no había tenido antes. Un sentimiento de haber olvidado algo. Una imagen invade mi mente, como un repentino pantallazo: soy yo cuando estaba en el hospital, estoy levantando la almohada y veo una carta. La comienzo a leer y cuando la doy vuelta, veo un mensaje aparte: "Carcajadas en el circo". Aquella frase había estado rondando por mi cabeza durante las próximas semanas en el hospital pero luego, se esfumó. Supongo que todo lo ocurrido en la base de los justicieros y demás provocaron que la olvidara. Mamá... la última vez que la vi, ella estaba luchando con algunos miembros de la organización y se la llevaron. Desde ese entonces, no sé nada de ella. Es por eso que, en cuanto llegué con los demás, les dije:

-Tenemos que encontrar a mi madre.

Emily prácticamente se ríe en mi cara.

-¿Es broma, no?- comenta ella entre carcajadas, pero se torna seria cuando ve que lo digo en serio- ¿acaso estas demente? están aquí porque literalmente los oculto de ellos y tú quieres ir a su base para encontrar a tu mami?

-¡No lo entiendes! puede que no la hayan visto pelear pero yo sí, nos puede defender.

-Amiga, si van allá, no volverá nadie. Es un suicidio. Además, ya te dije: la organización y yo somos como familia, no voy a traicionarlos por la hija de la mismísima Wanda Smith.

-No entiendo, nunca dije su nombre.

-Querida, es una leyenda entre los justicieros. Ella fue una de las primeras integrantes de la organización, casi como una fundadora.

-¿Quieres decir que...?

-Sí, ella tiene poderes. Y son increíbles. Veras, yo fui quien la entrenó. Su don le permite entrar en el estado más salvaje del ser humano, un cazador imparable.

-Espera, ¿los poderes son hereditarios?- pregunta Cath.

-A veces, pero no tienen por qué serlo. Veras, en realidad todos los seres humanos tienen estos dones especiales, solo que muy pocos logran activarlos por si solos. Para eso está la inyección que les dieron a ustedes, para despertar ese don- todos nos miramos confundidos- muy bien, suficiente charla. Momento de volver al trabajo- y aplaude dos veces.

John me toma de la mano mientras todos se van y me susurra al oído tan bajo que casi no lo escucho: "dormitorios. A las doce".

-¡Oh esperen!- chilla Emily antes que se retiren todos por completo- aún no he olvidado mi promesa.

Aquella promesa fue parte de la conversación que tuvimos todos con ella hace unos días. Esta comenzó ya que Emily nos reunió en su salón, decía que sentía que era su deber instruirnos en nuestros poderes para hacer un buen uso de estos y bueno, no matar a alguien por accidente. Por supuesto, no nos viene nada mal una ayuda con eso así que estuvimos de acuerdo.

-¿Qué les parece mañana, a las 3:00 P.M.?- prosigue pero se detiene lanzando unas carcajadas- no sé por qué pregunto si de todas formas, no irán a ninguna parte.

Capítulo 49: El sueño

Entro en el cuarto al que llamamos dormitorio (una habitación bastante grande con tres literas y una ventana que da al precioso patio de Emily). Veo a John, quien está sentado en su cama. Su pelo está ligeramente despeinado y, en cuanto a sus jeans y campera, están un poco sucias.

-¿Qué haces?- pregunto, tomándolo por sorpresa y provocando que se asuste.

-Hanna, no te escuche entrar.

-Lo lamento, ¿de qué querías hablar?

-Es sobre esto. Todo esto. Amor, estos meses han sido una locura y no sé cómo podremos sobrevivir a esto.- me acerco a él y me siento al lado.

-John, si no te molesta-tomo su mano- ¿me podrías hablar de tus pruebas?

-¿Mis pruebas? ya sabes, un tubo lleno de vidrios, una recreación del lugar donde cometí mi pecado, etc.

-¡¿Cómo?! ¿una recreación? nunca hicieron eso conmigo.

-Pues, supongo que eso es lo que te espera.-acaricio su mano y veo que no lleva puesto nuestro anillo de compromiso.

-¿Por qué...?

-Hanna, eso es de lo que quería hablar. Yo... no siento que nuestra relación pueda sobrevivir a esto. Probablemente uno de nosotros.. ya sabes... muera. Y si eso te pasa, estaré arruinado. 

-Pero... ¿qué quieres decir?

-Quiero decir que no quiero que esto nos arruine a ambos. En caso de.. ya sabes, una baja, nadie sufrirá.- Ambos comenzamos a derramar silenciosas lágrimas que nos recorren toda la cara- no entiendes, yo estaría devastado, no sería nada sin ti. Eres mi todo, mi razón de vivir cada día y el pensamiento de que de un día para el otro te podría perder para siempre me está carcomiendo por dentro. No puedo vivir así, Hanna, solo no puedo. Espero que me comprendas tú también.

-¿Entonces..?

-Estoy rompiendo contigo- me levanto de un salto. Hay un extenso silencio.

-si amas a alguien-logro decir entre sollozos- deseas pasar el resto de tus días junto a esa persona. De verdad eres egoísta.- y me voy de la habitación.

Emily me permitió dormir en el sofá y, tras romper en llanto varias veces, logré quedarme dormida.

Estoy en la calle, pero de alguna forma, sé que estoy en Glass. Hay pedazos de escombros en donde antes había casas y una gran neblina que me impide ver más allá de unos pocos metros, aunque logro reconocer una figura de una muchacha. 

-¿Hola?- le digo a esta pero no responde.

De repente, ella sale volando hacia un costado y la niebla desaparece. Es entonces que veo a Emma, aquella chica del incendio, levantando su brazo y, como consecuencia, la muchacha de la niebla, quien parece tener las pupilas literalmente rojas, se levanta lentamente al mismo tiempo que emite gemidos de dolor. Parece que Emma la está ahorcando con su telekinesis. La chica intenta capturar alguna bocanada de aire pero es inútil, se puede escuchar cómo su garganta se contrae. Y en cuanto termino de captar la situación, me doy cuenta que tengo algo en mis manos: una pistola. De repente se escucha un fuerte disparo. Ya no están Emma y la mujer peleándose, si no que... tengo a John con los ojos abiertos comos platos y apoyando sus manos en el estómago, donde hay mucha sangre... mucha.

-¡John!- grito y este cae desplomado al suelo.

Entonces me levanto de un salto del sofá. Todo fue un sueño por suerte. Mi remera está transpirada, al igual que mi cara. Sé que es estúpido pero de todas formas entré sigilosamente en la habitación donde duermen los demás y lo veo: John está durmiendo profundamente en su cama, abrazando la almohada, como siempre hace. Pero noto algo en sus mejillas. Me acerco y logro verlo con más detalle: son lágrimas secas.


Las Cinco Pruebas del Diablo (#1 Trilogía "Justicia De Media Noche")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora