Capítulo 4

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Entró en el salón, él sabía que ella estaría ahí. Estaba bastante enfadado, así que quería lo de siempre y de vuelta a casa, pero al parecer esta vez a su amante le apetecía hablar.

—Te has perdido una gran cantidad de eventos esta semana querido. Ver a tu esposa hacer el ridículo delante de todo el mundo fue lo mejor de todo – comentó Esmeralda mientras se reía-.

—¿A qué te refieres? – Preguntó él curioso dándole un sorbo al vaso de coñac.

—Se veía tan patética asistiendo sola y quedándose a un lado si hablar con nadie como la zorra solitaria que es, realmente no se porqué te casaste con ella, es patética. La pobrecita estaba tan humillada cuando le restregué aquellos dos días y medio que estuviste entre mis piernas, deberías ver la cara que puso la muy estúpida.

Kunzite se levanto dejando la copa en la mesa y dirigiéndose a la puerta.

—Esmeralda no vuelvas a acercarte a mi esposa, te deje los términos claros y eres tan desobediente que los has incumplido.

—Pero, querido...

—No me vuelvas a llamar así – contestó Kunzite antes de marcharse de allí, para volver a casa y hablar con su esposa-.

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Después de media hora por fin pudo llegar a casa. Encontró a su esposa en el salón con su cuñada, la cual llevaba a la pequeña bebe, que en esos momentos Mina sostenía en brazos mientras la miraba con una sonrisa. La cuñada se levantó para poder saludarlo y se levantó para coger a su bebé para irse a casa ya que tendría que llegar antes de la hora de comer. De nuevo Mina ni siquiera lo miró, ambos estaban solos.

—Escúchame porque solo te lo diré una vez, tenias razón sobre Esmeralda. No puedo permitir que te humille de esa manera delante de toda esa gente – esta vez Mina si lo miró a los ojos-, no puedo permitir que nadie se burle de mi esposa. No estuvo bien lo que hice al dejarte sola justo después de nuestro casamiento.

—¿Cómo podré creer en las palabras que salen de tu boca si no es la primera vez que pronuncias mentiras con ella? – Ella parecía estar llevando de manera muy diplomática la situación y no parecía para nada alterada.

—Porque esta vez te daré mi palabra de que no tendré más amantes – Mina no pudo evitar abrir los ojos desmesuradamente al escuchar aquellas palabras-. ¿Tienes algo que decir?

—No, sólo te diré que te prepares para la venganza de Esmeralda, te puedo asegurar que te arruinará la vida – dijo Mina después de levantase-.

Comenzó a caminar hacía la salida del salón, aquellas palabras que él había pronunciado no sabían si debían aliviarla o hacerla sentir la peor persona sobre la tierra por la contestación que le había dado. Se detuvo frente a la puerta aún de espaldas a él.

—Me alivia que hayas podido volver – salió antes de saber la reacción de él al escucharlo-.

Kunzite se había quedado algo sorprendido al oír a su esposa decir eso.

Volvieron a encontrarse en el comedor, mientras ambos eran servidos y comían en silencio, pero este no era tan incomodo como los anteriores que habían tenido desde que él había vuelto el día anterior. Después ambos se quedaron en el salón privado, ella bordando, él leyendo.

—Querido, cuando termine la temporada iré a mi casa de campo. Hay asuntos que me requieren allí en esa época.

—¿Puedo saber para qué? – Preguntó él mirándola fijamente.

Cadena Del Amor (Adaptación Mina/Kunzite) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora