Final

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—Séque nunca me haces caso, pero mi petición es sencilla – Kunzite hizo una pequeña pausa-. Cuida de ellas.

—Lo que me pides indirectamente es que cuide de tu esposa – contestó el menor de los hermanos-. ¿De verdad te fías de mi para eso? – Preguntó de manera sarcástica.

—Eres la única persona de la que me fiaría. Sé que bajo esa fachada de idiota no somos tan distintos cuando se trata de proteger a la familia – contestó siendo franco con su hermano-. Quiero que las cuides, no dejes a tu futura esposa que se vaya de aquí, es el único lugar en el que estaréis seguros todos. Si algo pasa ya sabes dónde ir.

—No hace falta que te preocupes por eso, no pienso dejar que nada le pase a ninguna – contestó levantándose y comenzó a acercarse a la puerta-, pero vuelve.

Eso fue lo último que dijo antes de marcharse de aquella habitación. El conde sabía lo serio que era su hermano cuando quería y sabía que hablaba enserio cuando se lo proponía. Kunzite se sorprendió al ver a su madre traspasar la puerta de la sala seguida de Mina y Setsuna. Su madre estaba arreglada al igual que su esposa y su hermana. Ciertamente no se había acordado de que la prometida de su hermano llegaba ese día.

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Su hermana parecía mirarlo mal, por lo que cuando se fue al despacho su hermano le siguió. Al cerrar la puerta del despacho con los dos en su interior, a Kunzite no le hizo falta saber que era lo que le pasaba a su hermana.

—Setsuna ayer no iba a pasar lo que tú piensas, no iba a ponerle la mano encima a Mina. No iba a pegarle, ¿comprendes?

—¿Entonces que ibas a hacer? - Preguntó con los brazos cruzados.

—Sólo la cogí para que no se fuese y escuchase lo que tenía que decir. Setsuna no soy como ese desgraciado, no le pondría una mano encima a una mujer jamás – posó ambas manos en los hombros de su hermana, por acto reflejo Setsuna lo abrazó y comenzó a llorar, ella era demasiado sensible, siempre lo había sido-.

Kunzite la abrazó acariciándole la espalda hasta que se calmase.

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Antes de irse, Kunzite y Mina se despidieron en la habitación dándose un beso de despedida, mientras que Kunzite le prometía que volvería. Se habían abrazado durante interminables minutos y ahora Mina simplemente estaba parada en la puerta de casa mirando como se iba su esposo, el hombre al que amaba y el hombre que la había comprendido tanto como lo había hecho su padre antes de morir.

Yaten posó una mano en su hombro para llamar su atención y cumpliendo así su cometido.

—Será mejor que entremos ya – pronunció el joven viendo en los ojos de Mina lo rota que se encontraba en esos momentos-.

—Señor Lexington quisiera quedarme un poco más aquí.

Ella era consciente de que Kunzite hacía bastante tiempo, aproximadamente 3 horas desde que se había marchado y que ella aún seguía ahí con la esperanza de que apareciese, pero en lo mas hondo de su corazón sabía que él no iba a aparecer.

—Enfermará sino entra en casa, con lo cabezota que es volverá en el menor tiempo posible – dijo el joven dejando bastante sorprendida a su cuñada-. Realmente no sabes lo mucho que significas para él.

Finalmente entró, tal y como el joven le había pedido. Pensó que lo que menos querría su esposo era que ella enfermase y perdiese al fruto de su amor. Yaten la llevó al salón en el que se encontraban su madre y Setsuna tomando el té. Una sirvienta sirvió una taza también para Mina.

Cadena Del Amor (Adaptación Mina/Kunzite) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora