Capítulo 8

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Pararon en un pequeño claro en el que había un lago. Dejaron a los caballos sueltos para que descansasen a sus anchas. Ambos pusieron la manta en el suelo al lado de un árbol y se sentaron a descansar mientras miraban el hermoso e idílico paisaje en el que se encontraban.

—Cuando era una niña de apenas tres años, mi padre nos traía a mis hermanos y a mí aquí. Cuando volvíamos a casa estábamos tan cansados que subíamos a nuestros cuartos y ya no salíamos hasta el amanecer – Mina hizo una pausa mientras sonreía mirando él lago-. Aquí fue la primera vez que padre nos habló de madre, dijo que ella adoraba este lugar y ahora siendo más mayor reconozco que mis recuerdos de la niñez no le hacen justicia.

—¿Cómo era tu madre? – Preguntó Kunzite mirando al horizonte.

—Bueno, yo no la conocí, pero mis hermanos decían que era muy cariñosa y que los cuidaba muy bien. Padre decía, que pese a todo él la amaba y si ella era feliz él también lo era completamente. Madre estaba destinada a casarse con otro hombre, él matrimonio se iba a efectuar igual así que las familias les dieron carta blanca, para mantener relaciones. Días antes de que mi madre se enterase de que estaba en estado de embarazo, su prometido murió y apenas faltaban unos días para la boda. Los rumores empezaron a propagarse, mi padre era su mejor amigo así que decidió casarse con ella para protegerla, meses después dio a luz a Darien. Dos años después un amigo de mi padre pasó por casa, aquel hombre se aprovechó de ella y después fue contando que ella era una ofrecida, fue así como Seiya nació– Mina hizo una pausa-. Por supuesto padre los aceptó a los dos y les dio su apellido. Mi familia siempre dice que ella sonreía y le daban igual los rumores que corriesen sobre ella. Finalmente, acabó enamorándose de mi padre y poco tiempo después nací yo. Unos pocos días después ella murió – a Mina se le había formado un nudo en la garganta mientras hablaba-.

—Seguro que te ha observado todo esté tiempo y se siente orgullosa de la mujer en la que te has convertido – los condes se miraron a los ojos y Kunzite pudo ver como se formaba la sonrisa en el rostro de Mina.

—¿Cómo es tu familia? – Preguntó inocentemente, ya que quería conocerlo todo de él.

—Mi padre murió hace unos años, no tuve mucha relación con él porque nunca se interesó mucho, pero fue un hombre muy correcto que se preocupaba por mejorar los terrenos y las condiciones de sus trabajadores. Siempre que veía a una persona necesitada que buscaba trabajo, los mandaba a las tierras donde cultivamos y le daba un trabajo y alojamiento para la familia si es que la tenía – pausó ligeramente antes de retomar el monólogo-. Mi madre hace años que no sale de la casa de campo, aunque goza de buena salud pese a la edad que tiene. Ella siempre nos mantenía rectos a mi hermano y a mí, aunque no hacíamos muchas travesuras, pero si le molestaba que nos manchásemos mucho. Y no he visto a mi hermano desde hace años.

—¿Hermano? – Preguntó Mina sorprendida ya que ella no sabía que tenía uno.

—Si es mi menor – contestó Kunzite volviendo su mirada al horizonte-. Tengo varios años de no verlo, por eso no hago mención del él con constancia.

comenzaron a comer mientras que se contaban sus travesuras de la infancia y reían aún más. Debían de reconocer que aquel lugar los hacía sentir bien consigo mismos y vistos desde otro plano parecían una pareja de esposos normal y corriente que se cuenta sus anécdotas y se divierten.

No se dieron cuenta de la hora que era hasta que empezó a oscurecer, por lo que recogieron todo y subieron a sus caballos cabalgando de vuelta a casa. Ambos se habían sentido más en paz que nunca el uno al lado del otro. Bajaron de sus caballos y fueron al establo a cepillarlos. Mina llevaba muchos nudos en el pelo, pero le daba igual porque por una vez no necesitaba estar perfecta.

Cadena Del Amor (Adaptación Mina/Kunzite) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora