Cap 24. Litton.

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(Últimos capítulos)

Me despierto al sentir que alguien me está moviendo. Abro los ojos poco a poco y cuando por fin consigo enfocar veo a mi madre.

-Buenos días- me dice.

-Buenos días- le digo.

-Hora de despertarse- me dice y le hago caso.

Me levanto de la cama y me voy hasta el armario. Saco la ropa que prepare ayer para el viaje. Rápidamente, me visto y me voy hacia mi cama. De debajo de esta saco la maleta.

Salgo de mi habitación haciendo el menor ruido posible. Cargo mi maleta y la bajo por las escaleras. Es pequeña por lo que solo la cojo con una mano.

Al llegar abajo veo a mis padres listos para salir. ¿Pero qué hora es? Ni siquiera he mirado la hora al levantarme.

-¿Qué hora es?- les pregunto cuando llego abajo de la escalera.

-Las cinco y diez- dice mi madre.- Debemos irnos ya.

Asentí con la cabeza sin decir nada. Salieron de casa y mi padre se llevó mi maleta. Antes de salir por la puerta principal me giro a mirar al piso de arriba.

-Adiós, chicos- digo aunque sé que no me oyen.- Lo siento.

Dicho esto salgo y cierro la puerta con llave. Me dirijo al coche y entro en la parte de atrás. Me pongo el cinturón y mi padre arranca. Durante todo el viaje mi padre no ha dicho ni una palabra. Mi madre me ha intentado dar conversación, pero no ha durado ni dos minutos.

Hay 45 minutos de viaje hasta el aeropuerto. Así que decido echarme una pequeña siesta. Cuando por fin consigo pillar el sueño mi madre me despierta.

-Ya hemos llegado- me dice.

Me quito el cinturón y salgo del coche. Mi padre me pasa mi maleta y yo la cojo de la manija. Ruedo la maleta hasta la entrada del aeropuerto con mis padres a mis lados.

Al entrar miro para todos lados. Hacía tiempo que no venía al aeropuerto. Exactamente, desde el último viaje a Litton, cuando yo era pequeña. Todo está igual pero a la vez diferente. Miro el gran reloj que hay ahí y pone que son las 6 en punto.

-Hora de que factures la maleta- dice mi padre. Es lo único que ha dicho desde esta mañana. No sé si está de acuerdo con el viaje o no.

-Vale- me dirijo al mostrado que a estas horas está medio vacío.

Tardamos 15 minutos en facturar la maleta. Cuando acabamos nos sentamos en las sillas de espera.

-Papá- le digo después de otros 15 minutos en silencio.

-Dime- dice mirándome.

-¿Te parece bien que me vaya?- le pregunto.

Su cara es de serio, no me gusta cuando pone esa cara. No significa nada bueno. De repente me dedica una sonrisa.

-Sí- dice por fin.- Pero me hubiese gustado ir contigo.

-Ya, papá, pero no podías- le digo para quitarle la culpa. Sé que se está echando la culpa aunque no la tiene.

-Lo sé- me dice.

-A la próxima iremos juntos. Y encima el Abu estará genial para recibirnos- digo intentándolo animar.

-Eso espero- me dice con una leve sonrisa.

-Ya verás que sí- le digo con la misma sonrisa.

El resto del tiempo nos lo pasamos en silencio, ya que todos estamos muy cansados. Es muy pronto y tenemos sueño.

Pasajeros del vuelo OrderTravel número 9864 con destino Manchester embarquen por la puerta número 22.

Ese es mi vuelo. Nos levantamos y vamos a esa puerta que no está muy lejos. Cuando llegamos toca despedirnos.

-Ten cuidado, cariño- me dice mi madre mientras me abraza.

-Sííí- digo rendida, es lo típico que todas las madres dicen.- Adiós, mamá.

-Adiós, cariño- me dice al separarnos.

Después me acerco a mi padre quien me abre los brazos y me hundo en ellos.

-Cuida mucho de los abuelos, te necesitan- me dice y yo asiento con la cabeza.- Adiós, princesa.

-Adiós, papá- le digo y me separo de él.

Me voy a la cola y cuando llego al principio le entrego mi billete a la chica. Lo mira y me lo devuelve. Antes de entrar me giro y me despido por última vez, con la mano. Me vuelvo a girar y entro.

Camino por el pasillo buscando mi asiento. Fila once, el asiento de la ventana. Cuando lo encuentro me siento y cojo el móvil. Abro el WhatsApp y entro en el chat que tenemos Nick, Ross y yo.

Lau: Lo siento.

Sé que es muy pronto y que no lo verán hasta dentro de unas horas. Después de ese mensaje apago el móvil. He decidido no encender el teléfono durante todo el viaje. Llamaré a mis padres con el teléfono fijo de mis abuelos.

A los diez minutos el avión despega y me pongo a admirar las increíbles vistas de Los Ángeles.

-Nos vemos en una semana, Los Ángeles- murmuro mirando mi ciudad desde la ventana.

Me espera un viaje de 10 hora y 35 minutos así que decido dormirme. Me despierto gracias a una azafata que me ha levantado. Miro mi reloj de muñeca y veo que es la 17:45, pero al mirar por la ventana no parece lo mismo.

En el Reino Unido son 8 horas más. El vuelo lo he cogido a las 7 de la mañana (hora Los Ángeles) aproximadamente y el vuelo ha durado 10 horas y 40 minutos más o menos. He llegado a Manchester a la 17:45 (hora Los Ángeles) pero como aquí son 8 horas más así que ahora es la 1:45.

Al salir del avión me voy directa a por mi maleta. Tarda un rato en salir, pero al fin la cojo. Cuando la tengo salgo a la zona de espera y ahí está. Me acerco a ella y cuando me ve una gran sonrisa se le forma.

-Hola, cariño- dice mi abuela abrazándome.

-Hola Abu- digo cuando me separo.

-¿Qué tal el viaje?- me pregunta mientras salimos del aeropuerto.

-Cansado- le digo. Aunque haya dormido durante todo el viaje me noto más cansada que antes de coger el vuelo.

-Bueno ahora cuando lleguemos podrás descansar- me dice mientras entra al taxi. Meto mi maleta en el maletero y me siento junto con mi abuela.

Mi vuelo ha sido a Manchester, ya que en Litton no hay aeropuerto. Desde el aeropuerto hasta mi pueblo hay unos 45 minutos. Durante el viaje mi abuela me explica todas las pruebas que le han hecho al abuelo y me ha dicho que ahora se encuentra bien. La mejor noticia es que dentro de dos días le darán el alta.

Al llegar al pueblo miro por la ventana y mil recuerdos vienen a mi mente. La mayoría son con Nick y Luke. Ya los echo de menos y no llevo ni 24 horas sin ellos. El taxi se para enfrente de la casa de mi abuela y nos bajamos. Mi abuela le paga mientras yo saco la maleta del maletero.

Caminamos hasta la puerta principal. Cuando era pequeña mis padres tenían su propia casa aquí así que yo solo venía a casa de mis abuelos de vez en cuando, cuando íbamos a comer con ellos. Esta semana me quedaré en casa de mis abuelos.

Al entrar el recuerdo de todas esas comidas familiares viajan a mi mente. Una enorme sonrisa se forma en mi rostro.

-Sígueme- dice mi abuela y yo le hago caso.- Esta será tu habitación- dice entrando.

La habitación es igual de grande que la mía y estaba decorada con cosas de color blanco y gris. Era preciosa y tenía una cama de matrimonio que estoy segura de que voy a utilizar de aquí unos minutos.

-Es preciosa- le digo.

-Me alegro de que te guste. Dejaré que te instales y descanses- dice y me da un beso en la mejilla.- Buenas noches, cariño- dice y se va de mi habitación cerrando la puerta.

Vuelvo a mirar toda la habitación y suelto un suspiro. Hogar dulce hogar. Llevaba años sin venir y la verdad es que no he podido tomar mejor decisión que venir aquí. Esta semana va a ser increíble, pero antes voy a descansar. Dejo la maleta a un lado de la cama y la abro. De esta solo saco el pijama, lo demás ya lo sacaré mañana.

Cuando ya me he puesto el pijama me doy cuenta de que tengo que llamar a mis padres. Miro la hora en mi reloj, que por cierto he puesto la hora de Litton. Pone que son las 3 de la madrugada. Calculo y me doy cuenta de que ahí (Los Ángeles) son las 19. Abro la puerta de mí, ahora, habitación y veo que todas las luces están apagadas y no hay ningún ruido. Mi abuela ya se ha ido a dormir y yo no sé donde está el teléfono fijo. Así que vuelvo a entrar y cierro la puerta.

Tengo dos opciones, o no los llamo y me espero a que aquí sean las 16 y ahí las 8 para llamarles; o enciendo mi móvil y los llamo. Lo dudo unos minutos, pero decido la segunda opción. Si no los llamo se preocuparán y eso será peor.

Cojo el móvil, que lo había dejado en la mesita de noche y lo enciendo. Tarda unos segundo, pero al fin me sale que ponga el pin. Primero pongo el pin y después la contraseña. Al desbloquear el móvil, me llegan mil mensajes. Dudo de si entrar o no a WhatsApp, pero al final no lo hago, me prometí nada de móvil durante todo el viaje. Esto es solo una excepción para llamar a mis padres.

Tormenta de sentimientos (Raura) || 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora