Capítulo especial | Un salto de fe

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—¿Realmente hiciste todo eso por tres años? —Preguntaste impresionada, Saitama asintió sonriendo ampliamente.

—Por ese entonces tenía veintidós años —Dijo el héroe mientras bebía un sorbo de té.

—Increíble. —Fue lo único que atinaste a decir.

—¿Y tú? ¿Tienes alguna historia de origen o algo? —Pregunto el héroe de traje amarillo y cabeza pelada.

Te quedaste en silencio.

[...]

Hace un tiempo.

[...]

No todos los héroes de la asociación tienen una historia de inicio que fuera destacable o increíble, pero alguno si y tú eras el caso.

No era un secreto el hecho de que eras mitad humana y monstruo, de hecho, a pesar de aquellas circunstancias tuviste una familia amorosa que te crio con buenos valores y principio. Tanto tu madre como tu padre cuidaban de ti como si fueras otro niño más, como cualquier padre lo haría, aunque eso se acabo con la muerte de tu padre cuando empezaste la primaria.

—Oi que T/n es hija de un monstruo.

—Que miedo.

—Es un demonio

—No debería existir

—Falla de la naturaleza

—Aberración.

Crecer en un entorno donde te llenaban de esos comentarios no fue agradable, pero eras feliz con tu madre, tus abuelos y tus tíos.

Fueron años duros en los cuales solías recibir más de algún golpe por parte de compañeros que jugaban a ser el héroe, llegabas a casa con raspones, una nariz sangrando y rasguños tu madre no sabia que hacer ya que a pesar de haber ido en más de una ocasión a protestar sus quejas eran ignoradas porque le habían atribuido el titulo de "simpatiza monstruos" en más de una ocasión logro oír al director de la escuela decir:

—Usted es responsable de lo que pasa a su hija, usted creo un monstruo una aberración. Su hija nunca lograra nada bueno en la vida.

Eran palabras fuertes, pero ella nunca te las dijo incluso cuando falleció.

Cuando llegabas golpeada a casa ella te abrazaba intentando darte apoyo, sin embargo, sentías como lloraba y repetía incontables veces que le perdonaras, nunca supiste por qué.

—Llegaras a ser alguien increíble, hija. —Recuerdas que te decía siempre. —Nuestra familia no huye de las cosas.

Con eso en mente empezaste a concentrarte en la escuela volviéndote rápidamente una estudiante destacable, pero por supuesto tenias que evitar los problemas si querías una beca a la universidad.

Cada vez que ves en las reuniones a Kinzoku Bat recuerdas los últimos años de preparatoria que viviste, fueron días amargos.

A pesar de tener notas excepcionales te tenían sobre una cuerda floja, amenazando con arruinar tu reporte de comportamiento si te metías en alguna pelea, y vaya que lo hacías por mucho que fuera difícil, mantenías la cabeza agachada y te quedabas en solitario en todo momento para así evitar cualquier posible conflicto, no era solo por tu futuro sino también el de tu familia.

El día en que todo se arruino parecía uno completamente normal, ningún presagio de que algo malo sucediera, ibas camino a casa como de costumbre luego de la escuela cuando un grupo de sujetos que se conformaban por tus compañeros y compañeras de clase y otros más te rodearon.

Savior→ 「Saitama」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora