Capítulo 19

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Estabas recostada (ya suelta de tus cadenas) en la cama donde habías despertado, los demás estaban afuera de la habitación, probablemente en el salón del dojo.

Te incorporaste para quedar sentada mirando por la ventana una vista completa de ciudad Z, te levantaste y abriste la ventana con tal de respirar algo de aire frio, aun estabas sintiéndote nauseabunda por las acciones que habías cometido fijándote en el espejo del baño del baño de la habitación que tu pupila conservaba cierto tono carmesí y tu cabello tenia mechones teñidos color ceniza.

Un paseo por la ciudad te serviría para despejarte y seria bueno para tomar aire ¿no?

Saltando por la ventana te elevaste hasta lograr llegar a la ciudad empezando a caminar con los pies descalzos.

Aun dentro de tu cabeza escuchabas pequeños murmullos que te incitaban a la violencia, pero no eran lo suficientemente fuertes como para provocarte, de todos modos, estabas mirando a tu alrededor de forma despreocupada.

No sabes con exactitud cuanto llegaste a caminar, sin embargo, ya no estabas en ciudad Z te habías alejado demasiado del dojo, pero cuando ibas a girarte para ir en dirección a aquel lugar una voz te interrumpe.

—Allí estas.

No te molestaste en voltear porque sabias de quien se trataba, aun así miraste por sobre tu hombro topándote con el superhéroe más famoso, el cantante y miembro del personal de evaluación de rango de la asociación, Amai Mask

—Suponía que vendrías, tomando en cuenta tu filosofía. —Dijiste sin voltear a verle.

—Un héroe clase S no puede ser un monstruo como tú, los héroes deben ser hermosos. —Aclaro cruzándose de brazos, sentiste un pinchazo en el pecho ante sus palabras.

¡¡NO SOY UN MONSTRUO!!

—Si eso te preocupa, debes saber que renunciare. —Aclaraste empezando a caminar antes de detenerte —Pero debes tener en claro algo, si el mundo peligra, no dudare en volver y dar todo de mi para salvarlo, sin importarme tu estúpida filosofía.

—No he venido solo a eso. —Te interrumpió causando que lo miraras de frente. —Eres un mal en el mundo, he venido a exterminarte, para traer justicia.

—No hice daño a nadie. —Aclaraste mirándole fijamente.

—Eso no es importante, el mal debe ser erradicado.

Su rostro se contorsiono por completo, dejando de ser dulce y relajado causándote un poco de escalofríos, antes de siquiera poder lanzarte un golpe un campo de fuerza se conformo a tu alrededor, te quedaste mirándole con un rostro estoico.

—No devolveré los ataques, aunque sigas golpeando el campo con todas tus fuerzas —Dijiste en silencio empezando a caminar. —No tengo ganas de pelear, tengo suficientes problemas.

El héroe puesto número uno de la clase A bajo sus puños mientras te veía caminar y su rostro se relajó por completo.

No había caso en matarte, ya te habías muerto por dentro.

Con la asimilación habían surgido tanto buenas como malas consecuencias, habías adquirido más poder del que imaginabas llegando a potenciar una gran defensa telequinética que sería útil en batallas con civiles, control total del fuego y demás elementos de la naturaleza siendo capaz de fórmalos desde átomos inclusive sin tener que destrozar a tu alrededor, la desventaja era tener que vivir con una parte de ti que te incitaba cada momento a destruirlo todo y a todos para así provocar el caos y coronarte reina absoluta, era como una voz interna que temías se apoderara de ti en medio de una batalla producto del estrés, te sentías como una vasija agrietada a punto de estallar.

Savior→ 「Saitama」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora