Capítulo 7

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Una vez terminaste con la comida empezaste a servirla con calma en cada plato para luego llevarlos a la mesa sirviendo a los dos chicos primero para luego volver y traer tu plato contigo.

—Espero les gusté, esta receta la aprendí de mi madre. —Dijiste sonriendo tranquilamente recordando a tu familia.

—Pinta bien. —Dijo Saitama para luego probar un bocado y quedarse estupefacto, tanto que su rostro se puso serio. —Esta delicioso.

Sonreíste para luego de dar las gracias empezar a comer tranquilamente disfrutando cada bocado que probabas.

—Esta perfecto, el picor, la suavidad de la carne. —Comento Genos haciéndote inflar el pecho orgullosa.

—Otro plato, por favor. —Dijo Saitama extendiendo su ya vacío plato hacia ti sorprendiéndote, por supuesto no iba a desperdiciar la oportunidad de probar tal platillo que habías preparado tú, lo cual lo hacía especial.

Mirabas disimuladamente por la ventana como las gotas chocaban y la lluvia no parecía aminorar, estabas algo preocupada ya que la lluvia te volvía completamente vulnerable hacia cualquier ataque y ni mencionar que estabas en ciudad Z, la ciudad en la cual era sumamente probable recibir un ataque de algún monstruo.

Sensei, ¿Podría T/N pasar la noche aquí? —Pregunto Genos al ver tu expresión preocupada, sacándote un susto.

—¿Ah? Tienes razón, aun sigue lloviendo muy fuerte y esta oscuro, esta bien, preparare un futón. —Dijo Saitama incorporándose.

—Gracias. —Dijiste y te pusiste de pie recogiendo los platos. —Lavare los platos como una forma de agradecimiento.

—No tienes porque agradecer ¿sabes? —Dijo Saitama dándote la espalda, a lo que sonreíste internamente mientras caminabas al fregadero.

Nunca terminare de agradecerte.

Tras lavar los trastes, Saitama propuso que vierais una película de suspenso para pasar el rato a lo que todos aceptaron y de paso prepararon algún snack.

El salón estaba oscuro mientras la película se daba siendo esta la única que iluminaba sus rostros, en más de una ocasión tus dedos chocaron con los de Saitama mientras sacabas alguna golosina – las que por cierto se acabaron rápidamente – sacándote más de un sonrojo a lo que agradecías que el lugar estuviera a oscuras, cuando Genos se dio cuenta de que los bocadillos se habían acabado se levanto de su sitio para ir a por más.

Abrazaste tus rodillas de manera nerviosa y tras meditarlo breves instantes respiraste profundo y te erguiste en tu lugar.

—Saitama. —Llamaste al héroe calvo a lo que este te miro y sonreíste. —Realmente, realmente te lo agradezco.

—¿El que dejara que te quedases? —Pregunto a lo que negaste, Saitama te observo confundido.

—Probablemente no lo recuerdes, pero salvaste mi vida en una ocasión y nunca seré capaz de agradecerte apropiadamente, porque nunca nadie se había preocupado por mí de forma tan desinteresada. —Confesaste finalmente, sintiendo como tu corazón latía incesablemente, inundando el ruido en tus oídos.

—Lo recuerdo. —Respondió, cosa que te sorprendió. —Al principio no te reconocí, tu cabello estaba largo, pero si recuerdo a la chica que me miro con ilusión cuando me voltee tras derrotar a ese monstruo.

—Gracias por salvar mi vida. —Dijiste sonriendo levemente apenas percatándote de cómo se reducía la distancia.

—Lo haría las veces que fueran necesarias. —Señalo Saitama mientras dirigía su mano hasta tu rostro dejándola sobre tu mejilla contemplando como tus ojos brillaban ligeramente ya fuera por el momento o por el brillo de la televisión y tus labios ligeramente entreabiertos se veían tan suaves lo cual le hizo querer saber si eran así.

Estaban a tan solo centímetros el uno del otro hasta que Genos apareció anunciando que traía las botanas y ambos se separaron de golpe, por lo cual casi llegaste a marearte.

—¿Me perdí de algo interesante? —Pregunto Genos.

—No, no, nada en lo absoluto.

Saitama fruncía ligeramente el ceño para luego hacer un puchero y por tu parte empezaste a beber un largo trago de soda fría para enfriar tu cabeza.

Savior→ 「Saitama」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora