Capítulo 11

1.6K 270 70
                                    

—¿Dónde te habías metido? —Pregunto Tatsumaki mientras te acercabas una vez vestida con el kimono rosa. —Da igual, date prisa.

Tatsumaki te jalo del brazo mientras caminaba a la gran recepción donde ya todos los héroes estaban reunidos la psíquica se sentó junto a su hermana que quedaba a su izquierda mientras que tu te quedaste a su derecha.

Cada héroe tenia frente suyo una gran cantidad de platillos que a simple vista se veían deliciosos, sonreíste mientras el encargado de la reunión hablaba sobre el agradecimiento de la comunidad y también el presagio que la oráculo había previsto, sin embargo, tras agradecer una ultima vez dio la invitación a festejar y todos comenzaron a comer y beber, y no fuiste la excepción.

—Allí estas. —Dijo Saitama sentándose a tu lado mientras que Genos también lo hacía, pero junto a su Maestro. —¿Dónde te habías metido?

—Me quede dormida en las aguas termales. —Respondiste ciertamente nerviosa rascándote la nuca cuando recuerdas la escena que había pasado momentos atrás, alzaste la mano hacia uno de los meseros —Una botella de sake de dragón, por favor.

El hombre de servicio rápidamente trajo lo que habías pedido a lo que agradeciste sonriendo levemente.

—¿Estas segura? —Pregunto Saitama a la vez de Tatsumaki quienes se miraron frunciendo el ceño.

—Estaré bien, en el dojo bebía esto y—Te quedaste callada llenando rápidamente un vaso con el licor que olía dulce, invitándote a beberlo, sin más demora y con la intención de borrar tus pensamientos bebiste un vaso al seco mientras Saitama te observaba impresionado, Tatsumaki solo te miraba junto a Fubuki quien presagiaba lo peor.

En un momento dado, los héroes más musculosos empezaron a competir para ver quien tenia los mejores músculos de todos, tu te bebías tu quinto vaso por lo que estabas algo aturdida y creías que lo mejor era detenerse, sin embargo, la imagen del beso apareció dentro de tu cabeza por lo que siguiente bebiendo.

Estabas tranquila en tu sitio aun bebiendo con la cara completamente roja por el alcohol y el estado de ebriedad en el que te encontrabas.

Hasta que de repente una llamarada azul exploto en la sala, no era dañina por ningún motivo pero todo el mundo se asusto al verse repentinamente rodeado por el fuego.

—Creo que ya es suficiente. —Dijo Fubuki arrebatándote la botella mientras bebías tu decimo vaso ya, hiciste puchero al verla.

—T/N, cálmate. —Dijo Saitama mientras colocaba una mano sobre tu hombro, lo que causo que inmediatamente la llamarada desapareciera de forma abrupta.

—T/N ebria es una amenaza nivel dragón. —Bromeo Metal Bat al recordar la reunión de hace un año.

Observaste a Saitama a sus ojos color chocolate y sonreíste apoyándote en su hombro con tranquilidad, sintiendo el latido de tu corazón apaciguarse y tu ser calmarse, hasta que viste a Puri Puri Prisioner enseñar sus músculos con orgullo a Tank Top Master a lo que soltaste una carcajada al señalarlo.

—Calvo. —Dijo Tatsumaki mirando a Saitama de forma seria. —Deberías llevarla a su cuarto, puede que empiece a cantar sino o que cuente cosas vergonzosas.

Saitama la quedo mirando y asintió a pesar de que le molestaba el apodo que le había dado, tomando tu mano te guio. —De acuerdo.

—¡Ni se te ocurra aprovecharte o te matare! —Exclamo la psíquica.

—Saitama-sensei no haría eso. —Dijo Genos defendiendo a su maestro.

—Quien sabe, los hombres son impredecibles. —Respondió Tatsumaki encogiéndose de hombros.

Saitama te llevo tomando tus manos notando como estas eran tan pequeñas y delicadas en comparación con las suyas propias cuando te guiaba a tu habitación mientras tu decías cosas como:

—¿Qué vas a hacer conmigo? —Dijiste abrazándote a su brazo con los ojos cerrados, tranquilamente. —Me encanta estar contigo.

Saitama se detuvo cuando llegaron a la habitación que tenias asignada, y te vio en silencio a pesar de sentir las inmensas ganas de besarte se contuvo, ya que no era apropiado, sin embargo, acaricio tu mejilla con delicadeza sintiendo la calidez y suavidad de esta.

—Saitama —Lo llamaste acariciando su mano que estaba contra tu mejilla. —Te amo.

El mencionado trago saliva, pero cuando menos se lo esperaba tu te acercaste y besaste sus labios lentamente, tu aliento sabia dulce por el alcohol y era prácticamente igual de embriagante, colocaste tus manos en sus hombros mientras que el dejaba sus manos en tu cintura y tus manos se deslizaban a su cuello mientras las suyas a tu espalda.

—Durmamos juntos —Pediste una vez se separaron por falta de oxígeno, Saitama beso tu sien y asintió entrando ambos a la habitación y recostándose en el futón mientras el te abrazaba te quedaste dormida en sus brazos.

A la mañana siguiente despertaste sintiendo las consecuencias de beber demasiado, tu cabeza dolía como mil demonios y el sol golpeaba justo la zona donde estaban tus ojos por lo que estabas reacia a abrirlos hasta que sentiste como algo te envolvía.

Afuera y tras no ver a su maestro en su habitación el cyborg demoniaco se acercó a Bang.

—Silverfang, ¿ha visto al sensei? —Pregunto con ligera curiosidad por saber donde su maestro se había metido.

—Mhm, no lo he visto desde anoche en el banquete —Respondió el mayor por lo que se unió en su búsqueda temiendo que algo como lo de la otra vez hubiera sucedido hasta que se escuchó un grito femenino.

Cuando abriste los ojos y viste frente a ti un torso con unos músculos bien definidos palideciste e instintivamente gritaste, cosa que alarmo a Saitama despertándolo abruptamente y dando un golpe al frente de si, golpe que por suerte esquivaste, pero la pared no.

Por lo que en ese mismo momento todos los héroes clase S estaban reunidos allí viendo como tú y Saitama seguían recostados abrazados y con el kimono aflojado, era una escena para malinterpretar.

—¡Maldito calvo! ¡¿Qué le hiciste?! —Ataco Tatsumaki elevándose en los aires y empezando a remover todo el lugar.

—¡Yo no hice nada! —Se defendió Saitama, incorporándose como así tú también.

—¡Tiene razón! ¡No hicimos nada, solo dormimos! —Exclamaste, aunque los borrosos recuerdos te hicieron entrar en duda. —Creo.

—¡¿Creo?! —Exclamo Tatsumaki —¡Te volveré un eunuco!

Te colocaste frente a Tatsumaki quien estaba dispuesta a atacar y Saitama, Genos les observaba en silencio y asentía.

—No paso nada —Sentencio Genos volviéndose rápidamente el centro de atención. —Los niveles de endorfina de T/N están bajos y la oxitocina de ambos también.

Te cubriste el rostro con vergüenza ante las palabras del cyborg.

—Lo que no esta bien, es la pared. —Dijo Atomic Samurái viendo la pared junto a la puerta destrozada. —Elemental no puede dormir así.

Te quedaste en silencio apretando los labios, Tatsumaki suspiro.

—Compartiré habitación contigo. —Declaro elevando todas tus cosas y dándose la media vuelta.

Una vez el asunto resuelto todos se marcharon dejándote a ti y Saitama a solas.

—No hice nada vergonzoso ¿verdad? —Preguntaste observándole por encima de tu hombro sin ser capaz de mirarlo a la cara con el presentimiento de que algo habías hecho.

—Quien sabe —Dijo Saitama cruzando sus brazos detrás de su cabeza y empezando a caminar con una sonrisa sintiéndose orgulloso por recordar aquel beso tan apasionado de la otra noche.

—Saitama, dime que paso ¡Oi! ¡Saitama! —Dijiste siguiéndole avergonzada.

Quizá nunca sabrías lo que hiciste esa noche.

Savior→ 「Saitama」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora