❝Capítulo 1: Alzando velas❞

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ALZAR VELAS

1. loc. verb. Mar. Disponerse para navegar.

 Disponerse para navegar

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— ¡Vengan todos, el gran barco Huang Zi está a punto de marcharse! Último modelo...

Mark cerró los ojos y decidió ignorar aquel señor que gritaba a los cuatro vientos. Subió el cristal del auto, de esa forma no tendría que escucharle más.

—Joven Tuan, esta mañana me he comunicado con sus padres, desean que regrese a Estados Unidos.

Ojalá tener un cristal permanente que pueda censurar la voz de este hombre, pensó Mark.

No es que odiara su familia, por supuesto que no, sin embargo, no era su deseo tomar el mando de las empresas de sus padres, sabía que era su destino si llegaba a poner un pie en Estados Unidos, él a regañadientes había terminado la universidad, estudió Derecho para complacerles, pero no pensaba continuar complaciéndolos, más aun luego de enterarse de los deseos de su hermana Grace de continuar el legado de la familia, ella era una mujer inteligente, capaz, iba hacerlo diez mil veces mejor que él aunque sus padres dijeran lo contrario con la excusa de que no es el lugar de la mujer. Él quería viajar por el mundo, conocer, y es justo lo que hacía con su vida.

Durante su corta vida ya había recorrido por completo los países de América, Europa y escasa parte de África, cuando decidió venirse a China hace años atrás nunca pensó que estallaría una guerra entre las dos Coreas y que China brindaría apoyo a Corea del Norte, convirtiendo de esa forma a China un escenario vulnerable de la guerra por igual. Estuvo atrapado esos largos años.

Mark odiaba la guerra con todo su ser, y experimentar las tensiones entre los países por tres largos años no había sido agradable, pero la guerra había llegado a su fin.

—Les he comunicado tu decisión de ir a Corea del Sur, su respuesta de negación no tardará en llegar.

Como si me importara, pensó Mark al bajar del auto, ya no aguantaba estar allí dentro. Su asistente bajo de inmediato por igual, y ordenó a los sirvientes a ir por el equipaje del joven.

Comenzaron a caminar entre el gentío en dirección al barco, el lugar estaba alborotado de coreanos anunciando con alegría el fin de la guerra y sus ganas de regresar a su patria, Mark pudo entender algo de sus conversaciones por su poco dominio del idioma, mientras que su asistente formaba una mueca de asco.

—No sé como no organizan mejor a esta gente... —Gruñó en inglés, idioma natal de ambos.

Mark ignoró las palabras de su asistente, era un hombre mayor bastante reservado y correcto en todo el sentido de la palabra. Era la persona más elegante, más organizada que conocía, también era lo más cercano a un padre que tenía, pues a pesar de su clara rectitud, había sido él quién le enseñó todo lo que sabía, quién le enseñó idiomas, matemáticas, artes, todo.

Llegó a la entrada del barco, y tras mostrar su pasaporte y pasaje, se le permitió su paso al interior. Mark estaba acostumbrado a los barcos lujosos, camarotes extravagantes y comida exótica, y siendo honesto, no había nada en este que lograba sorprenderle en comparación a los demás, a excepción de su clara modernidad. Suspiró, y se detuvo en medio de una gran sala de recibimiento, pocas personas estaban allí, todas de clase alta. Mark no entendía el afán de dividirlos, seguramente tendrían otra
entrada estúpida para los demás pasajeros.

Alzó la mirada, del techo caía una gran lámpara de cristal, colgaban de hilos cientos de pequeños cristales que parecían emitir luz propia, era maravilloso.

— Jung Geun Hyo, arquitecta y diseñadora surcoreana, 1923. —Señaló una voz a sus espaldas, Mark sonrió a medias y se dio la vuelta para encontrarse con un hombre alto, de aspecto maduro y fuerte presencia, vestía un uniforme naval lleno de insignias y su cabeza reposaba un gorro que indicaba su posición. — ¿Por qué nadie le ha ofrecido champán?

—Acabo de subir. —Explicó Mark.

— ¿Está interesado en la arquitectura del barco?

Mark negó con un movimiento de su cabeza. —Solo me llamó la atención de la lámpara.

— Oh... —Susurró el hombre. — He sido un total maleducado, soy Lim Jaebeom, capitán al mando de esta nave.

Mark sonrió y extendió su mano. —Mark Tuan.

¿Tuan? Pensó el capitán, y bajó su mirada a la pequeña mano pero de largos dedos que se extendía hacia él antes de tomarla, el saludo era bastante atípico para dos asiáticos, pero el apellido del joven le había dado a entender que no era de esos lares, a pesar de que Tuan sea un apellido de origen asiático, también era el apellido de una poderosa familia en Estados Unidos que conocía bastante bien por su mega corporación de comunicaciones, eran los responsables de grandes avances tecnológicos de la época. —Ya veo... ¿Está más interesados en nuestras líneas de cable?

El joven rió. —No sé deje engañar por mi apellido, capitán.

—Claro, claro.

Era el momento de marcharse para Jaebeom, quería seguir conociendo a sus pasajeros, pero por alguna razón no quería separarse del joven Tuan, el ambiente comenzaba a tonarse incómodo para ambos, por lo que el coreano sonrió. —Esta noche habrá un banquete de bienvenida, espero contar con su presencia.

—Allí estaré.

Ambos sonrieron, y Mark observó como el capitán se marchaba hacia un grupo de familiares que acababa de entrar, era la primera vez que veía a un capitán saludar a cada pasajero por cuenta propia, le parecía un gesto profesional y amable.

—Hora de conocer mi camarote. —Se dijo a si mismo al caminar hacia el ala que asumía que se trataba de los camarotes, volteó su mirada en medio pasillo y allí estaba Jaebeom, compartiendo con la familia aún, sus miradas se encontraron y Mark la apartó con rapidez, avergonzado.

Jaebeom en cambió sonrió, que muchachito tan hermoso, pensó él mientras tomaba un sorbo de su copa. 

PRÓXIMAMENTE.
JUNIO 2020
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Si son veteranas de esta dama ya deben conocer esta historia, pues la publiqué en Agosto del año pasado pero me agarró un bloqueo, una locura, una tristeza, un de todo y decidí mandarla a borradores. He estado trabajando mucho en ella de nuevo porque una linda chica me recordó que la tenía por ahí ( driftxway, por si quieren darle las gracias y de paso curiosear en sus historias, es muy talentosa) no pensaba darle otra oportunidad a ser sincera, pero tras leer todo lo que tenía escrito me di cuenta que era una buena historia, solo que necesitaba ser pulida. Estoy trabajando en eso de la edición de las historias, porque antes escribía y las publicaba sin re-leer porque me daba pena, y se quedaban un montón de faltas ortográficas e incoherencias, noté muchas en esta JAJAJ. Pero ya estoy aprendiendo, ahora leo hasta cinco veces un capítulo antes de publicar, siguen si ser perfectos pero voy aprendiendo. 

Los hermosos separadores son un regalo de @skxne 

PD: Mientras esperan por esta historia, pueden leer mis otros trabajos. Ahora mismo estoy publicando una nueva historia, se llama asistente de vuelo y publicaré un capítulo semanal, serán 4 así que es perfecto para esperar por esta, espero que les guste. 

Próximo capítulo: lunes 1ro de Junio.

Altamar ; markbeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora