❝Capítulo 10: Ganar el Barlovento❞

387 77 27
                                    

Ganar el barlovento.

 1. loc. verb. Mar. Situarse dejando al enemigo u otra escuadra o buque asotavento y en disposición de poder arribar sobre él.

 Situarse dejando al enemigo u otra escuadra o buque asotavento y en disposición de poder arribar sobre él

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



—Jaebeom...

El mencionado se giró con confusión al escuchar su nombre, estaba casi seguro de que aquella voz grave pertenecía a Mark pero también estaba casi seguro de que Mark le odiaba luego de su último encuentro.

La figura delgada del americano estaba allí, frente a sus ojos, y siendo sincero, comenzaba a pensar que su cabeza le estaba dando una mala jugada pero no podía estar tan loco como para sentir la calidez cerca. Suspiró, cerró sus ojos e hizo un ademán para alejarse, pero Mark se lo impidió, tomando con fuerza su muñeca. —Por favor, escúchame.

— No quiero escucharte. —susurró el capitán, intentando sonar convincente cuando en realidad se moría por estar a su lado de nuevo. Debía ser fuerte. Mark lo había herido demasiado, no pensaba volver a caer en sus juegos.

—Necesito que me escuches, por favor. —Jaebeom no parecía convencido, no parecía querer escucharle absoluto. El mayor soltó su muñeca y metió las manos en los bolsillos de su gabardina, aun así, el hombre no se marchó, permaneció frente a él sin mostrar ni una sola emoción en el rostro. —Lo siento mucho, en serio, por todo, sé que no he comportado de la mejor manera contigo.

El capitán le miró y se encogió de hombros. —Vale. —Murmuró intentando sonar desinteresado y dio un paso hacia delante para marcharse, pero Mark lo impidió colocándose frente a él, haciendo que sus pechos chocasen, al igual que sus labios, las mejillas de ambos se tiñeron de un fuerte rosa, y durante un largo rato permanecieron así, mirándose a los ojos con sus labios pegados, podrían jurar que ni estaban respirando, quietos completamente.

No fue hasta que escucharon unos pasos al otro extremo de la cubierta que se separaron, era una pareja de ancianos que se acercaba, caminaban tomados del brazo y reían por las ocurrencias del señor, ni siquiera prestaron atención al par de hombres que estaban allí, estaban en su propio mundo de amor y bromas. Mark mordió su labio inferior intentando controlar sus lágrimas, quería eso para él, quería envejecer junto a alguien... Junto a Jaebeom.

—Tengo miedo... —Dijo Mark, bajando su mirada. — Me comporto de esa manera porque tengo miedo, siempre lo he tenido, desde que soy un niño tengo miedo de mis padres, de lo que van a decir de mí, de lo que piensan de mí, hice una carrera que no me gusta porque tenía miedo de seguir mis propios anhelos, y viajo tanto porque tengo miedo de echar raíces en un sitio porque no sé qué va a ocurrir después, le tengo miedo a todo, Jaebeom. —Murmuró sintiendo como sus mejillas se humedecían con sus lágrimas. — Pero tú haces que yo no sienta miedo y yo no quiero seguir sintiendo miedo nunca más... Q-quiero estar contigo siempre, y eso también me da miedo.

Jaebeom estaba mudo, las palabras del mayor le chocaron bastante, no sabía que responder ni que hacer. Cerró sus ojos por un momento, recordando las palabras de su padre cuando le preguntó qué opinaba acerca de su plan de dedicar su vida a navegar, recordó como su padre le sentó en sus piernas con tan solo nueve años y le dijo "No tienes que preguntarme a mí que quieres hacer, debes preguntarte aquí que quieres hacer" señalando a su corazón. Sonrió, su padre fue un sabio, ya sabía que quería hacer... Y lo tenía frente a sus ojos. —Huyamos, Mark. —Murmuró de repente, dejando a Mark entre confundido y sorprendido.

— ¿Qué? —Preguntó el americano confundido, pensando que había escuchado mal, limpió sus lágrimas con el dorso de su mano.

— Cuando lleguemos a Corea del Sur, yo debo ir a Tailandia con otro barco, ven conmigo, y no tendrás que volver a sentir miedo... No tendrás que echar raíces en otro sitio que no sea mi corazón, Mark, y yo te protegeré. Yo tampoco sé que va a pasar en el futuro, y también me aterra pensar en ello, pero si estás ahí, no tendrá nada de aterrador. —Extendió su mano, jugando con los cabellos negros del mayor que caían sobre su oreja. —Huye conmigo.

Mark sonrió, y agarró con fuerza a Jaebeom de su cuello para plantarle un beso recargado de pasión. —Te quiero, Jaebeom.

Había sido un impulso besarle en ese lugar, en ese momento no quería pensar en ello. Solo era capaz de sentir los fuertes brazos rodearlo y llenarlo de esa inmensa calidez que le recordaba que todo estaría bien si estaban juntos.

 Solo era capaz de sentir los fuertes brazos rodearlo y llenarlo de esa inmensa calidez que le recordaba que todo estaría bien si estaban juntos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Esto esta llegando a su fin, faltan poquito capítulos uwu.


PRÓXIMO CAPÍTULO: 22 DE JUNIO

Altamar ; markbeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora