❝Capítulo 4: Hacer agua❞

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Hacer agua. loc. verb. Dicho de un buque: Ser invadido por el agua a través de alguna grieta o abertura.

Los rayos del alba le recordaron a Jaebeom que era hora de tomar un descanso, había estado desde la tarde anterior al mando de barco, con muy pequeñas interrupciones para ir al baño o cuando se detuvo un momento en el baile de la noche anterior, d...

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Los rayos del alba le recordaron a Jaebeom que era hora de tomar un descanso, había estado desde la tarde anterior al mando de barco, con muy pequeñas interrupciones para ir al baño o cuando se detuvo un momento en el baile de la noche anterior, donde vio al joven Mark con la doncella extranjera.

Aún así, no se movió. No era su responsabilidad ir en el timón, pero si era su pasión, relajaba su mente con la mirada perdida en las aguas, echando el ojo en el radar cada cierto tiempo, se olvidaba del mundo. Por eso no se separara, y de no haber sido por la fría mano de JinYoung en su hombro, tan fría que logró trasmitirle esa corriente tan horrorosa a su piel a través las tres capas de ropa que tenía encima no habría tenido intención de separarse.

—Joder, Park. —Gimoteó Jaebeom incómodo por la sensación del frío y alzó la mirada por encima de su hombro.

JinYoung venía con el piloto y Yugyeom, el aprendiz de la academia náutica donde ambos fueron formados.

— Capitán Lim, con todo el respeto que se merece como máxima autoridad en este barco, la tripulación le recomienda que abandoné su posición y vaya a descansar. —Exclamó el joven Yugyeom, inflando su pecho al hablar, como si quisiera lucir como un hombre, al uno que debían escuchar y respetar.

Tanto JinYoung como el piloto, el capitán y el resto de la tripulación miraron con confusión al aprendiz, aunque la mirada de JinYoung parecía más bien querer matarlo.

— ¿Mi posición? —Preguntó Jaebeom, dándose la vuelta para encarar al chiquillo.

La tripulación había pedido a Yugyeom que trasmitiera el mensaje, cuál consistía en solicitar a Jaebeom abandonar el timón para que tomara un descanso, mientras que el piloto retomaba su puesto, y el primer oficial en mando, es decir, JinYoung, continuara la labor de capitán mientras Jaebeom descansara, pero el mocoso ingenuo había confundido las palabras y hacía parecer que la tripulación pedía que abandonara su responsabilidad como capitán. Pero Jaebeom lo entendía, tan solo era un error de novato.

— ¿Ves, JinYoung? Por eso te he dicho que no puedes dejar a los principiantes solos.

Reclamó Jaebeom, apretando la pequeña nariz de Yugyeom. — Ven conmigo, mocoso, me vas acompañar hoy.

Jaebeom se despidió de la tripulación y dejó a cargo a JinYoung, salió de la cabina apresurado, caminando tan rápido como le era posible. Al pobre aprendiz le costaba seguir los pasos del hombre, a pesar de tener largas piernas. La mañana estaba fría. Demasiada fría y no tenía intenciones de congelarse allí.

Cuando estaba a punto de doblar hacia el pasillo y dirigirse hacia su camarote, notó una figura en la cubierta. Una figura delgada, alta, con un manojo de pelos tan negros como la noche, completamente de espaldas, vestido con un simple pijama de seda blanca y un cigarro en sus finos y largos dedos, descalzo.

Altamar ; markbeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora