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El cumpleaños de Bonnie se acercaba, estába por cumplir los 18 años y obviamente debía celebrarlo. Bueno, su madre lo obligaba ya que ellos se tomaban muy en serio esas fechas, así que todo necesitaba una celebración.
Bonnie no tenía animos de celebrar su cumpleaños debido a que la mayoría de los invitados eran por parte de su madre; a Bonnie le costaba un mundo hacerse nuevos amigos. Pero tenía a Chica, y era muy importante para el.
Ya en la escuela, Bonnie en el receso le preguntó a su amiga si es que podía ir a su fiesta de cumpleaños que era el día sábado.
-Claro. -Sonrió la rubia- Por supuesto que iría a tu fiesta, te vas a hacer legal. -Chica bromeó a su amigo dandole un leve golpe mientras él solo reía.
-Bien, te espero en mi fiesta. Parezco un niño invitandote. -Bonnie rió, haciendole que se le formaran unos hermosos y pequeños hoyuelos.
-¿Por qué dices eso? A mí me encanta celebrar mís cumpleaños. ¡Es divertido!
-Pero a mí no me agradan tanto por que no tengo con quién hablar.
-Pero me tendrás a mí. -La risa de Chica era demasiado ángelical que a Bonnie le encantaba oírla.
Al parecer, Bonnie también encuentra cierta perfección hacia su amiga.
