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—¡Bonnie! ¡Mira lo que encontré! —Aquella rubia se acercaba alegremente a su amigo el cual estaba en su puesto en el salón haciendo garabatos en el cuaderno mientras tenía sus audifonos puestos. El de ojos color fresa miró a su amiga y le dió una sonrisa melancólica, algo le pasaba.
—¿Qué encontraste? —Trató de cambiar su estado de humor a uno más alegre.
Chica puso una revista en la mesa de Bonnie, aquella revista tenía una publicidad muy interesante, un concurso de guitarristas ocurría en el parque de su cuidad. La de ojos amatista pensó que sería gran empujón a Bonnie para comenzar su carrera de musico.
—O-Oh, pero irá gente mejor que yo, Chica, no creo que sirva inscribirme.
—Bonnie, ¡nadie puede asegurarte eso, puedes comenzar tu carrera de músico con esto! —Alegremente, Chica se sentó al lado de Bonnie, pero ella notó algo raro en él. ,— ¿Te ocurre algo?
—Claro que no, ¿por qué? —Le sonrió.
—No lo creo, ¿qué te ocurrió?
—Estoy confundido.
—¿Y de qué estas confundido?
—De...
—Vamos, dilo ya. —Chica estaba muy curiosa de lo que Bonnie diría en esos momentos.
—No puedo creer que haya una persona tan perfecta en este mundo.
Chica notó esa indirecta, sabe que que es ella, pero solo se contuvo porque o si no hubiera gritado de una manera muy euforica.
—Yo también tengo a alguien muy perfecto en mi vida. —Chica miró al suelo mientras su cara ardía.
Pero ese momento acabó ya que el maestro había llegado al salón. Chica tuvo que irse de allí e ir a su puesto original mientras otro chico llegaba al puesto en donde estaba ella y empezó a sacar sus libros que ocuparía en esa clase.
Bonnie se quedó mirando a la rubia la cual estaba casi cerca de la puerta del salón, como escribía, y leía los textos, se veía perfecta para él.
