5. Complicidad

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Diez cosas que no sabes sobre mí

Capítulo 5

Complicidad

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El sol brillaba sobre el calmado mar de ciudad Celeste, un par de Wingull se paraban en las puntas de los edificios llamándose unos a otros, mientras que por las calles de la costera ciudad, iba un par de amigos caminando hacia el centro pokémon. El joven de piel dorada y ojos café, iba con los brazos cruzados detrás de él, mientras observaba de reojo a la jovencita pelirroja que tenía a su lado. Ésta estaba muy absorta mirando al pequeño Pokémon amarillo que descansaba en sus brazos, iban justamente a eso al centro Pokémon, a averiguar que le pasaba a su amigo Pikachu que de pronto había caído.

—¡¡Ash, Misty!! —Tracey había llegado de golpe mientras lavaban los platos de la comida. Ellos dejaron lo que hacían para mirar a su amigo observador que llegó con Pikachu que parecía quejarse.

—¡¿Qué le sucede a Pikachu?! —exclamó Ash muy preocupado tomando a su Pokémon.

—Puede que haya quedado muy herido del rayo de hielo —explicó—, deberían llevarlo al centro pokémon —les informó observando a sus dos amigos.

—¿Deberíamos? —preguntó la líder de gimnasio sumamente confundida.

—Claro —afirmó con una sonrisa—, si bien enviaste a Milotic desde el gimnasio al centro Pokémon, podrías acompañar a Ash hacia el centro y de paso, recoges tu pokémon.

Ash iba a protestar por las ocurrencias de su amigo, pero volteó sorprendido hacia Misty que había aceptado la sugerencia.

—Me parece muy buena idea —le indicó dando un aplauso—, ¿tú podrías quedarte cuidando el gimnasio? —le preguntó y Tracey respondió con entusiasmo.

—¡Por supuesto! Aquí los espero.

Así que ahí estaban, camino al centro Pokémon en total silencio, Ash había dejado que Misty llevara a Pikachu porque sentía que su adorado amiguito eléctrico los estaba engañando. Claro, cosa que también creía la chica que lo cargaba.

—¡Qué lástima que Pikachu esté enfermo, ¿no Ash?! —preguntó ésta, cuando Ash la miró, le guiñó el ojo y éste sonrió de lado.

—Sí, es muy extraño —comentó Ash mirando a su Pikachu—, al parecer ya se me está poniendo algo viejito y por eso no resiste tanto.

—¿Pika? —el roedor abrió sus ojos y miró a su entrenador que lo miraba con los ojos entrecerrados, al verlo, Pikachu apoyó su cabeza en el pecho de Misty y se frotó quejándose.

—Oh... —exclamó apenada Misty acunando mejor a Pikachu—, ¿no te sientes muy bien, verdad?

—Pi —se quejó el roedor con los ojitos brillantes del dolor ausente.

—Tranquilo —cuando Misty lo apoyó en su hombro, le sonrió a Ash de forma burlona, haciendo que el entrenador se enojara bastante por su tonto juego.

Misty los observaba mirándolos de soslayo, cada vez que cambiaba la pose de Pikachu, éste miraba a su entrenador, sonreía y Ash se enojaba. Algo se traían entre manos y ella no se iba a quedar con las ganas de saber que era.

—Sabes Ash —dijo mirando hacia el frente donde se podía divisar el centro Pokémon a una corta distancia—, es una pena que Pikachu esté enfermo quería invitarte a comer unos sándwich muy ricos que hacen al lado del centro Pokémon, hacen un kétchup muy rico... y

Diez Cosas que No sabes Sobre Mí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora