2. Desconcierto

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Diez cosas que no sabes sobre mí

Capítulo 2

Desconcierto

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Ya había terminado de escribir todo lo que quería, pero aún no podía quitarse el malhumor con ella, y lo peor, es que no entendía el porqué de ese malhumor. ¿A dónde se habían ido, todas esas sensaciones que lo habían impulsado a ir corriendo hacia ciudad Celeste al terminar la liga Kalos? Giró contra la pared en la cama en la que estaba acostado y cerró los ojos a la fuerza tratando de canalizar sus pensamientos y darse cuenta en que momento cambio y dejó de ver a sus amigos delante de él para ver a dos personas diferentes que parecían burlarse de su alejamiento.

—Rayos —maldijo entre dientes profundizando su posición fetal sobre la cama. Pikachu lo miraba con los brazos cruzados y suspiraba por no poder ayudar a su entrenador. Fue en eso cuando las largas orejas de su pokémon empezaron a moverse, sintiendo como alguien se acercaba.

No estaba muy confundido, solo unos segundos después, la puerta de la habitación se abrió para dejar entrar a la otra persona que acompañaría a Ash en su noche en el centro Pokémon.

—Así que aquí te escondes —dijo el observador Pokémon dejando su mochila a un lado de la cama—. ¿Se puedes saber qué te pasa? —preguntó sin respuesta, pero sabía que el entrenador Pokémon lo estaba escuchando de todas formas—. ¿Sabes que dejaste a Misty sumamente triste por tu causa? —lo vio tensarse ante aquel hecho y sonrió de soslayo— Realmente, no puedo creer que estés celoso de mi amistad con Misty.

—¡¡Yo no estoy celoso!! —le gritó sin salir de su pose—. ¡Estás loco!

—Entonces —aún con una sonrisa se sentó en la cama frente al entrenador que le daba la espalda—, deja de actuar como un hombre celoso.

—Definitivamente estás loco —gruñó apretando más las manos bajo sus brazos—, pasar mucho tiempo con Misty ya te afecto...

—Tal vez —Tracey llamó a Pikachu y lo tomó en brazos mirándolo con una sonrisa cómplice, el roedor no tardó en captar lo que el observador quería—. Pero la verdad —suspiró fingidamente—, me alegra que no estés celoso, porque —rio también de una forma muy exagerada— creí que te habías molestado ver como con Misty pasamos a ese punto de amistad donde los abrazos son muestras de agradecimiento, y porque estamos más sincronizado de lo que tú y ella han estado.

—¡Cállate! —y como si Tracey lo hubiera adivinado, Ash se sentó en la cama enojado, nunca había visto a Ash en esa fase, tal vez molesto, pero no tan enojado como ahora. Eso era nuevo, un avance más hacia que entendiera el porqué de todo lo que hacía. Tracey sonrió, aunque Ash lo estaba tratando bastante mal—. Y déjame recordarte "amigo"—exclamó haciendo las comillas con sus dedos—. Que si tú tienes la posición que tienes actualmente en la vida de Misty es por mí —se señaló— y solo por mí.

—Nunca lo he olvidado —respondió Tracey con la tranquilidad que lo caracterizaba—, nunca he olvidado como me rogaste que cuidara de Misty —ante aquellas palabras Ash bajó varios niveles y se quedó callado con la cara roja como una baya tomato.

—Yo... —bajó la mirada y suspiró molesto—, yo...

Tracey se levantó, se sentó al lado de su amigo y colocó la mano derecha en el hombro del entrenador.

—Ash, Misty no merecía que la trates de esa forma solo porque tú no sabes qué pasa con tus sentimientos

—¿Y tú sí? —preguntó mirándolo de reojo, el observador sonrió elevando la mirada hacia la ventana que dejaba ver varias estrellas del cielo nocturno.

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