Amber Thompson
—Nombre.—la recepcionista habló.
—Amber Thompson, soy su hermana.—me entregó una hoja que debía firmar como que asistí y una pegatina para la polera que ponía visitante.
—Habitación 300.—habló antes de que saliera caminando a paso acelerado.
Subí hacia el tercer piso, salí del ascensor y caminé por el pasillo hasta que vi la habitación 300.
Tomé el pomo de la puerta con las manos sudorosas y temblorosas. Tiré de el mismo y empujé la puerta.
—Dios mío.—susurré.—No puede ser, maldito Harrison.—mis ojos se nublaron.
Shana se encontraba en la camilla, su rostro golpeado, los labios partidos, la nariz rota, un corte en la ceja y moretones en todo el cuerpo.
Harrison las va a pagar.
Decidí tomar mi teléfono y sacarle una foto a mi hermana. Acto seguido, se la envié a Harrison y le llamé.
—¿Hola?—habló.
—Mira como la dejaste.—aguanté mis ganas de gritar.
—¿Quién es?—¿enserio el bastardo no reconoce mi voz?
—Soy Amber, maldito, mira como dejaste a mi hermana. Abre la foto que te he enviado.—dije.
—Si, ¿y?—su tono de indiferencia me causó repudio y enojo.
—No te importa, ¿no es así?—recalqué.—No te importa hacer daño a otros, para conseguir lo que quieres. ¿O es que crees que me creí la historia que contaste sobre la muerte de mis padres?
—No tengo porque mentirte, la verdad es esa.—espetó.
—Fui con tu jefe Harrison.—su silencio me hizo saber que era verdad lo que le iba a decir.
—¿Cómo mierda sabes quién es?—musitó.
—Hablé con él.—ignoré su pregunta.—Me dio todos los detalles de esa noche. Harrison, sólo tengo que ir a la policía junto con tu jefe, y vas a podrirte en la cárcel.
—Tu vas a la policía, y mataré a tu hermana.—sus amenazas me hicieron estremecer un poco.
—Quedas advertido Harrison.—colgué.
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The Devil in Human Form
Short Story"Sueña princesa, sueña. Jamás me fijaría en una chica como tú."