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Amber Thompson

  —Bueno, tocará dormir en el coche hoy.—me dije a mi misma. Subí a mi coche e intenté dormir. Negativo, no puedo, el área en la que estoy es malísima y en el coche hace un frío de cojones.

  Salí del coche y me fuí caminando para llegar a mi casa. En la esquina, habían dos tipos. Tuve que pasar por el lado de ellos. No tardaron en hablar.

—Ey, mira que chica tan linda y sola.—se acercó el mas alto.—¿Quieres divertirte un poco?—comenzó a intentar sacarme la ropa.

—Ey ¡basta!—golpeé al tipo, sangre salía de su nariz.—No me toquen.—advertí.

—Esto lo pagarás muy caro maldita zorra.—el otro tipo me empujó y se abalanzó encima mío. Grité, grité hasta que mis cuerdas vocales amenazaron con estallar.

—¡Basta maldito animal!—traté de zafarme, era imposible. De pronto, un coche se estaciona frente a nosotros y el chico de antes baja.

—Te voy a pedir que te detengas.—amenazó.—Dejen a la chica en paz.—los tipos sólo rieron y el se acercó mas a ellos. Se abalanzó sobre un tipo y lo golpeó en la nariz.

—¡Basta!—grité cuando el chico se encontraba debajo del tipo. Este le golpeaba el rostro con mucha fuerza.—¡Déjenlo!—intentaba zafarme del otro hombre.

—Malditos críos, aprendan a no meterse con gente adulta.—se levantaron y se fueron.

Corrí hacia el chico.—Mierda, ¿estás bien?—asintió y tosió sangre en el suelo.—Vamos al hospital.—el negó y volvió a escupir sangre.

—N-no.—se levantó del suelo y abrió su auto.—¿Te quieres quedar aquí con el riesgo de que esos tipos vuelvan?—negué y subí a su auto.

—Aún no me has dicho tu nombre.

—Harrison Clark.—dijo sin quitar la vista del camino.

—Amber Thompson.

—Bueno Amber Thompson, tenemos que buscar un remolque para llevar tu auto a tu casa.—asentí.

Bajé de mi auto y antes de abrir la puerta de mi casa Harrison me detuvo.—Gracias Harrison.—imitó mi voz.—Salvaste mi vida.—agregó.

—¿Enserio?—enarqué una ceja.—Qué patético.—reí.

—Vamos Amber, quiero escucharte decirlo.—rodé los ojos.

—Adiós Harri..—sus brazos me cargaron y me llevó hasta la puerta.—Detente.—intenté soltarme.

-Vamos a divertirnos un poco.—su voz sonaba horriblemente maliciosa.

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Gracias!

The Devil in Human FormDonde viven las historias. Descúbrelo ahora