I N T R O D U C C I Ó N

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Lleva las manos dolorosas como si alguien lo tuviera atado, los papardos cerrados y la respiración descontrolada.
El vaivén que guía el ritmo de su pecho cada vez es más rápido, la ansiedad le carcome la piel. Ningún pensamiento sensato le invade los pensamientos y mucho menos se ha visto capaz de levantarse de entre el charco de sangre y de esa imagen que se quedo grabada en su memoria.

Sus amigos más cercanos lloran la pérdida, pero están más preocupados por lo que está misma puede descontrolar a Luke Hemmings.
La culpa, la tristeza, el enojo y la prepotencia lo terminarán por hacer explotar.

Nadie sabe cómo reaccionar hacia este tipo de situaciones aunque las pasen una y otra vez cada día.

La ropa está manchada de sangre, lleva el cabello rubio revuelto, los ojos azules irritados que le hacen juego con las grandes y oscuras ojeras.
No ha dicho ni una sola palabra desde que los paramédicos se llevaron su cuerpo sin que él pudiera asimilarlo completamente.
Había asistido a su funeral y habia permanecido allí por más tiempo que los demás rodeado de la melancolía.

Aquel día fue uno cualquiera, es decir, uno de los típicos días que agradecía eternamente haber cruzado caminos y del poder contar con su presencia. Pero las cosas surgieron de otra manera; Luke había perdido a su compañera y fiel amiga.
Y ese día, también se perdió a él mismo.

Another Me: Destroyed | l.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora