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9

Todos extrañamente tienen algo que comentar. Se alborotan en los sillones y algunos sonríen abiertamente.
Otros felicitan y otros me miran de manera desaprobatoria.
Beth tiene la mano enganchada a la mía y se mantiene detrás de mí cuerpo, cubriendo así la mitad de su cuerpo ante nuestros expectadores.
El corazón me late con rapidez, hay un nudo en mi garganta y las palmas de las manos me han comenzado a sudar.
  Michael hace callar a todos de repente y me mira de manera acusadora entrecerrando los párpados.

—Si esto ha sucedido no ha sido más que meramente por tu culpa.

Suelto la mano de Beth y tomó lugar en el centro de la habitación, frente a Michael.

—Cierra la boca.

Nuevamente todos comienzan a hablar dando su opinión, Beth es la única que se mantiene sólo observando. Su mejilla izquierda está rosada y un rasguño largo ya con costra le atraviesa en todo el pómulo, le acompaña un mediano moretón casi en la sien.
Sus ojos están acuosos y las manos le han comenzado a temblar, tengo que sacarla de aquí.

—No ha sido culpa de nadie lo que ha sucedido —dice Ashton entrando a la habitación, completamente serio y con la mirada en alto. —Esto que ha sucedido nos pudo haber pasado a cualquiera, por esta razón he decidió que tendremos más seguridad a cualquier lado que vayamos. Nuestra privacidad estará protegida por ellos.

John saca a todos de la habitación, Michael aún no parece convencido por las palabras de Ashton, Calum sale refunfuñado y Ashton se queda frente a ambos con la mirada culposa.

—Una disculpa, debí haberlos esperado para ayudarlos.

Asiento y este sale por la puerta dejándonos completamente solos.
En cuanto mi mirada capta a Beth veo como ha empezado a llorar silenciosamente y abrazandose a sí misma.
Me acerco a ella, mi tacto es delicado al posar mis manos en su rostro.

—Te puedo ayudar a arreglarte, te han dejado un poco despeinada —mis palabras van con la intención de divertirla, pero veo que no causan en ella nada.
Le apartó sus brazos del pecho y ahora soy yo quien la tiene abrazada y con su rostro empadado en lágrimas en mi pecho. Sus sollozos son bajos pero fuertes.

—Prometo que será la última vez, nadie jamás volverá a ponerte una mano encima.

Tampoco cumpli con esto.

10

Tramos de metros aún abarcan mi destino, mi celular no ha dejado de vibrar desde hace media hora y la lluvia incesante no hace más que motivarme aún más a llorar.
No hay nadie por las calles, parecen estar desiertas a excepción de algunos autos estacionados. Así que me permito llorar por las calles con el corazón en las manos, y también de salir sin seguridad.
Mi ropa negra esta empapada y mi cabello esta completamente mojado.
Hace una hora fue el entierro de Beth y aún no puedo aceptar que ahora este su cuerpo bajo tierra. Tampoco puedo comprender porque a veces no llegan sus mensajes o llamadas a mi celular con su nombre, no puedo llegar a comprender como no he escuchado su voz por mucho tiempo o de como no he mirado sus ojos, o de como no he podido abrazarla y aferrarme a todo lo que ella es, y sé que la meramente explicación es porque ella ya no está aquí, pero no quiero decirlo una vez más.

Me siento desolado, roto y como un niño pequeño que acaba de perder su juguete favorito, y no me refiero al material me refiero a perder ese sentimiento que conectaba que me hacia sentir enormemente bien y que ahora, cuando lo he perdido, se siente un vacío que no se llena con nada.

No voy a ningún lugar en concreto solo quiero poder desahogarme a mi manera sin que nadie esté mirándome al rostro con lástima. Estar ahí se siente en ambiente oscuro y pesado, y eso mismo me inunda a mi también.
He tenido sueños crueles que me hacen añorarla cada vez más, son tan reales que despierto llorando, y ninguno de los chicos sabe como hacerme tranquilizar.

Another Me: Destroyed | l.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora