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A veces —la mayoría de los últimos meses— despierto gritando horrorizado ante aquella escena donde encuentro a Beth y le miro todo el rostro amoratonado con la sangre recorriendo de sus labios a su barbilla.
Calum Hood es el primero en aparecer por la puerta de mi habitación y tomarme de los hombros para tranquilizar mis descontrolados movimientos.
Casi siempre esas escenas parecen tan reales como si acabase de suceder el asesinato de Beth.
Después aparecen Ashton Irwin y Michael Clifford, y cuando entre los tres se echan esas miradas preocupadas sé que algo malo está sucediendo conmigo.
Me niego a ir a terapias y me niego a dar conciertos desde hace dos meses; las personas ya han empezado a dejar de hablar de ella y mis conocidos tratan de no mencionar su nombre.Esta noche los chicos pierden una hora de sueño tratando de tranquilizarme haciéndome recordar anécdotas o distrayendome de lo sucedido y cuando finalmente me encuentro más calmado les dejo irse a sus recámaras.
Es ahí donde trato de conciliar el sueño, tratando de olvidar el rostro de Beth ensangrentado y de cómo se sentía su piel cuando la toque aquel día. Trató de borrarlo recordándole como fue antes de todo aquello: la chica alegre y que me tenía embobado la mayoría del tiempo.Había un ambiente caluroso y sofocado en la mediana habitación, Beth camina frente a mi con pasos coquetos, mi mirada se enfoca en sus glúteos y luego se da la vuelta haciendo que nuestros ojos se crucen.
Esa sonrisa divertida me engancha y ella comienza a levantarse el vestido blanco que cubría su cuerpo dejándola en ropa interior. Me lleve una mano al cabello para alborotarlo aún más para provocarle, aunque realmente el que estaba perdiendo el control era yo.
Se dejó caer en la cama y palmo a un costado y me guiño un ojo, le sonreí y camine apresurado para quedar sobre ella. Le contempló el rostro por varios segundos sintiendo una presión en el pecho de emoción, estoy tan cómodo y agusto con ella que no puedo dejar de mirarle el rostro con admiración.
Comenzamos con una sesión de besos un tanto desesperados, le pasó las manos repartiendo caricias por todo su cuerpo caliente. El sudor nos empieza a cubrir el cuerpo y ella pasa sus manos dentro de mi camisa por la espalda y luego las pasa por mi cuello para luego despeinar mi cabello. Varias veces me coloca las manos sobre ambos costados del rostro y profundiza el beso.—Parece que me adelante —ella ahora está sólo en ropa interior debajo de mí.
—Dijiste que no lo haríamos hoy, pero logré salir antes.
Hace diez minutos que el concierto había terminado pero siempre las personas me mantenían ocupado junto con la banda, lo que hacía más difícil nuestros encuentros.
Suelta una risita y se balancea para ahora quedar encima mío, comienza a besarme el cuello y la chica alocada que vive dentro le hace moverse sobre mi hacía adelante y atrás sobre la tela de mi pantalón en la parte más sensible. Nuestras respiraciones son más pesadas y más ruidosas, sólo yo la conozco de está manera y ella a mi.
—Tiene que ser rápido... —ella se separa de mi cuello y me mira con el ceño fruncido y yo continuó hablando—: Michael me pidió ayuda hace rato y sé que vendrá en un momento para que le ayude con lo que sea que quiere.
—Entonces no. —dice rápidamente, se levanta de encima mio para quedar a mi lado y voltea el rostro hacia mi.
—¿Por qué?
—Porque no lo haremos así y Michael nos encontrará en mal momento.
—Buuh. —me quejo en cuento la veo levantarse del colchón para recoger su vestido del suelo y volverselo a poner. Se ríe y mueve las cejas de esa forma tan peculiar suya y me toma de las manos, yo me siento en la cama y le hago subirse encima de mi mientras la abrazo.
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Another Me: Destroyed | l.h
Teen FictionLa primera vez que la vio jamás imagino que tendría una vida junta con ella, la última vez que la vio jamás imagino que podría vivir sin ella.