Capitulo 4

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Rick le entregó A Daryl una pistola sin mucha explicación. Este simplemente levantó una ceja antes de tomarla.  Había ido a su tienda de campaña con la intención de dormir unas horas, pero las palabras de Beth seguían girando en su cabeza.  Se había removido hasta que se rendido.  ¿Qué sabía esa preciosa pequeña perra de todos modos?  Ella no sabía nada sobre el costo de la supervivencia.  No en esta vida ni en la última.  Daryl había retrocedido y se había salpicado con un poco de agua en la cara.  En este punto tenía que parecer tan viejo como se sentía.

-¿Quieres que dispare su rótula o algo así? —Preguntó Daryl con un dejo timidez.

-Solo estoy devolviendo lo que es tuyo. —dijo Rick.

Daryl miró mejor el arma que tenía en la mano.  No era de él, era de Merle.

-¿De dónde sacaste esto? —Preguntó Daryl un tanto furioso.

Rick puso sus manos en sus caderas y lo miró fijamente.  Él no fue intimidado por el ceño fruncido de Daryl.  -Carl la tenía.

-¿Cómo la consiguió Carl?

Rick no contestó, pero Daryl se dio cuenta rápidamente de que alguien había estado metiendo la nariz donde no pertenecía.  Daryl comprobó que el seguro estaba apagado antes de metérsela en la cintura de sus pantalones.

-Dile a tu hijo que mantenga sus manos lejos de mis cosas. —gruñó.

-He hablado con él. —le aseguró Rick a Daryl.

-Si no lo hace, tomaré su mano y la añadiré a mi colección.

Esta vez Rick hizo una mueca.  No porque pensara que la amenaza de Daryl tenía algún mérito real, sino porque las palabras de Daryl evocaban la imagen de las partes del caminante colgando entre los árboles.

-Aunque tiene huevos. —Daryl se sintió obligado a agregar.  Le molestaba que Carl hubiera pasado por sus cosas, pero sintió un poco de admiración por las agallas que habría tomado hacer algo así.  Las personas mayores y más grandes habían echado un vistazo a Daryl y se habían asustado.

-¿Disculpa? —Rick preguntó, aunque había oído bien.

-Carl. Es un niño duro.

-No quiero que sea duro; quiero que sea un niño. —Rick sonaba abatido y Daryl sabía que el peso de la decisión estaba sobre sus hombros.  Daryl no le envidiaba mucho.  Claro que tenía opiniones sobre la situación, pero por ahora se las guardaba para sí.  No estaba acostumbrado a ser tan circunspecto, pero no quería pintar un objetivo en su espalda para que el buen Shane lo ampliara.  Dale estaba haciendo un buen trabajo por sí mismo para alentar la ira de Shane.  Cuando la bomba finalmente explote, Daryl no quería estar parado directamente en su camino.

-A veces no tienes opción sobre cómo debe ser.

Rick le dirigió a Daryl una mirada como si lo estuviera analizando y él tuvo la incómoda sensación de que no solo estaba mirando al hombre que era, sino que trataba de ver al niño fantasma que él tenía, el niño en sus ojos.  Pero estaba buscando en el lugar equivocado.  Todos los restos de su educación estaban en su espalda.

-Bueno, lo siento. Haré que Carl se disculpe.

Daryl quería decirle que no se molestara, pero algo acerca de la idea de que el hijo de un policía que tiene que disculparse con alguien como él lo divirtió.

-Sabes donde encontrarme. —Daryl hizo un ademán hacia el granero.  Rick siguió su mirada y una expresión de consternación apareció en la cara de él.  Rick parecía que quería decir algo más.  Daryl lo vio con una guerra en su cara antes de alejarse.
No le gustaba el hecho de que el menor de los Dixon estuviera torturando a Randall.  A decir verdad, a Daryl tampoco le gustaba.  Algo que Beth decía seguía resonando.  Ella había señalado que Randall no era mucho mayor que ella y que era cierto.  Daryl la miró y vio a una niña y tener a Randall en perspectiva así lo hacía sentir incómodo.  Era más difícil verlo como una amenaza cuando sabías que apenas había terminado la escuela secundaria.  Daryl gimió y deseó poder simplemente borrar la voz de Beth de su cabeza.  Ella no era nadie para él.

18 Miles Out (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora