Narra Justin:
- Justin, tú papá quiere verte en su despacho.- mamá asomo la cabeza por la puerta de mi habitación.
- Ahora voy.- me limite a contestar.
¿Ahora que quería? ¿seguir discutiendo? Apenas llegué de la escuela discutimos, nada raro en nosotros. Discutíamos todo el maldito tiempo. El problema era que él me seguía tratando como un niño. Antes solía decirme "hasta que cumplas 18 años harás lo que yo diga" y ahora que ya tenía 18 años me decía "hasta que vivas en mi casa harás lo que yo diga". Siempre buscaba una excusa para mandarme. Por eso quería irme ya mismo de la casa. Para eso necesitaba dinero, y para obtener ese dinero necesitaba un trabajo. Pero ahora mis planes habían cambiado, ahora necesitaba el dinero para reparar mi auto , con el que tuve el accidente. Me levante de un salto y acomodé mis pantalones para bajar hacia el despacho de papá. Entre sin golpear y papá me regaño con la mirada. Reí en mi interior, sabía que lo haría.
Él estaba parado junto al escritorio con un tipo cuyo nombre desconocía hasta que nos presentó.
- Justin, el es Daniel mi compañero de trabajo y socio. Daniel, el es Justin mi hijo mayor.
- Un gusto conocerte.- Daniel extendió su mano hacia mi.
- Supongo que igualmente.- contesté con sarcasmo entre dientes y tomé su mano.
Papá volvió a regañarme con la mirada.
- Como muchos dicen eres igual a tú padre.
- Se equivocan, yo soy mejor.- le sonreí.
Papá por tercera vez me regaño con la mirada.
Odiaba que me dijeran "eres igual a tú padre". Yo era mejor, o intentaba serlo.
Daniel parecía sorprendido por mi respuesta. Hasta parecía sorprendido de que yo fuera el hijo del correctísimo Jeremy Bieber. Mi papá era un hombre muy correcto y yo demostraba ser todo lo contrario con mi arrogancia, mis pantalones caídos y ambos brazos tatuados.
- Bueno, debo irme ya, ____ me espera.- está vez se dirigió a mi papá.
Les di la espalda girándome al escritorio y jugué con los papeles que había ahí.
- Está bien. ¿Hablo yo con él?
- Si, no hay mucho que decir. Trata de convencerlo.
¿Hablaban de mi?
- Lo haré.- papá contesto en medio de una risa.
- Nos vemos.- Daniel le contesto de la misma manera y salió por la puerta dejándonos solos.
- ¿De que me vas a convencer? - me gire otra vez hacia él.
- De aceptar el trabajo que vino a ofrecerme para ti.- contesto sin rodeos.
- Te dije que yo mismo podía buscarme trabajo.
- Yo no le pedí que te lo de, ni siquiera le conté que lo necesitabas.
- ¿Y cual es el trabajo?
- Nada difícil, para ti.- Odiaba cuando hacía ese tipo de comentarios. Él creía que era un inútil.- Daniel tiene una hija de tú edad que hace un tiempo intento suicidarse, él no pasa mucho tiempo con ella por el trabajo y necesita que te conviertas en su amigo, ganes su confianza y le cuentes todo a él. Obviamente te pagará. ¿Aceptas?
No estaba bien aceptar, pero necesitaba el dinero y quería irme ya de aquí para no volver a discutir.
- Acepto.