Narra Justin:
Toque nuevamente el timbre y espere a que me abrieran. Era la tercera vez que tocaba. Quizás Ryan olvidó que vendría a visitarlo. La puerta se abrió y él apareció. Por su cara supe que recién se despertaba.
- ¡Buenos días, amigo! - di una palmada en su hombro.
- Pasa.- bostezo.
Entre dentro y espere a que él cerrará la puerta para subir a su habitación. Ryan volvió a tirarse en la cama y yo lo imite tirándome de igual manera en el sofá que tenía en la habitación.
- ¿Qué haces durmiendo a esta hora?
- Mamá salió con papá y olvidó despertarme.
- Bebito de mamá.- reí tirándole una pequeña almohada.
- ¿A qué viniste? - pregunto ignorando mi burla.
- A responder todas tus odiosas preguntas de los mensajes en Facebook.
- Cierto.- se sentó en la cama limpiando sus ojos y luego se estiro - Responde.
- Pregunta.
- ¿Dónde te metiste estos días? Solo te vi en la escuela.
- Estuve ocupado.
- ¿Con la rarita?
- ¿Quién es la rarita?
- La chica a la que llevaste al entrenamiento.
- Su nombre es ____, Ryan.
- Como sea, ¿qué pasa entre tú y ella?
Pensé en sí debería contarle la verdad. Éramos amigos desde los tres años.
- Somos amigos.
- ¡Juuustin! - insistió.
Sabía que no me creería. Le contaría, podía confiar en él.
- ¿Prometes no contarle nada a nadie? Ni a Lucy.- Lucy era su novia.
- Soy tú mejor amigo.- contesto en forma de respuesta.
- Ella es hija del compañero de trabajo de papá, y él me ofreció trabajo...
- ¿Entonces para ser buen empleado te haces "amigo" de su hija? - interrumpió.
- Déjame continuar. Ella hace poco intento suicidarse...
- Lo sé, casi todos en la escuela lo saben. Por eso la llamó "rarita."- volvió a interrumpir y le tire otra almohada.
- El trabajo es acercarme a ella, convertirme en su amigo, ganar su confianza para que me cuente sus cosas y yo debo contarle a su padre. A cambio, él me pagará, y muy bien.
Espere una respuesta de su parte pero no la obtuve. Ryan solo negó con la cabeza haciendo una mueca con los labios.
- ¿No vas a decir nada?
- Prefiero no hacerlo.
- ¿Porque?
- Porque eres mi mejor amigo y no quiero discutir contigo.
- No te agrado, lo sé.- suspire.
- Es tú vida y no soy nadie para juzgarte. Yo no lo haría, no lastimaría a alguien por dinero.
- Mientras ella no sepa no saldrá lastimada.
- ¿Y sí se entera?
- Sí se entera tú le contaste porque nadie más que su padre, tú y yo lo sabemos; Y ni a su padre ni a mí nos conviene que sepa.
- Yo no diré nada.- levanto las manos en defensa.
Y volvió a quedarse en silencio. Sabía que estaba pensando, que era un egoísta. Cualquier persona pensaría así pero se equivocan. No estoy pensando solo en mí, porque de alguna manera ella sale beneficiada. Todos salimos beneficiados de esto. Su padre por ver bien a su hija, su hija por estar bien, y yo por estar bien. Bien feliz de tener a mi auto otra vez conmigo y un departamento para dejar la casa y vivir sólo.