I

8 1 0
                                    

Mientras miro al cielo, la inmensidad me angustia. Cada vez que lo hago me pregunto si alguien más lo estará haciendo, ese alguien, se preguntará si yo trató de imaginar cómo es, hay algo más que nos conecta o simplemente es mi loca imaginación. Me gustaría creer, que ese alguien espera por mí, que mira todos los días por las noches al cielo ante esa basta y feroz soledad, preguntándose lo mismo, creando un ciclo que jamás podría romperse.

El viento helado de aquella noche me quemaba las mejillas, mis manos se endurecían y mi corazón palpitaba fuerte, en mi cabeza imaginaba que alguien hacia lo mismo, que estábamos conectados, que era algo mas que el simple destino, pero mi razón me reiteraba que todo era un dulce deseo. Pero mi capricho fue más allá de mi razón, estaba convencido que alguien más me esperaba, así como lo hacia yo todas las noches, las estrellas me miraban y confirmaban lo que sentía cada vez que ellas lo hacían, cada hermoso destello iluminaba mi rostro y con el mi esperanza.

Otra noche como todas, caminaba al lugar al que viajaba cada atardecer, el viento gélido congelaba todo de mí, mágicamente mis anhelos se convirtieron en realidad, había algo, alguien en el lugar donde yo todas las noches platicaba conmigo mismo e imaginaba una platica con esa persona, cuando llegué estaba ahí, lo sé, puedo recordar que estaba ahí, intento imaginar que su sonrisa era hermosa, que sus ojos brillaban mas que todas las estrellas juntas, esa persona ahí estaba, lo juro, pero desperté, y tan solo fue un triste sueño, mis lagrimas recorrían todo mi rostro mientras trataba de convencerme de que todo era real, que yo vi a alguien ahí, que esa sonrisa que no recuerdo era real, que mis visitas nocturnas eran reales, estaba seguro de que fue real, juré volver a ese lugar, esa misma noche, para convencerme de que no estaba equivocado, cuando volví, mi corazón se agitó fuertemente cuando la vi, había de nuevo alguien, me alegré tanto, corrí lo más rápido posible, las lagrimas de tristeza ahora se habían convertido en felicidad, me acerqué lo suficiente para abrazarla y decirle que todo este tiempo la esperaba en ese lugar, no importaba, le explicaría todo después, pero cuando intenté abrazarla, sentí el frio de la noche, una ráfaga de viento se llevó la imagen que mi mente había creado, sin duda me jugó una mala pasada. Ya no sentí nada, lo había entendido, por un momento lo pensé, me había sentido especial, que el destino si es que existía me tendría algo preparado que me encantaría, pero no fue así, al final pasaría todas las noches en ese lugar, bajo el frio y las luces relampagueantes, entre el cielo y la nada.


You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jul 18, 2019 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Entre el cielo y la nadaWhere stories live. Discover now